ORIGEN DEL NOMBRE TRILCE DEL POEMARIO DE CÉSAR VALLEJO
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Trilce
la palabra que da título al segundo poemario publicado en 1922 por el poeta
César Vallejo, hace 100 años. Según diversos testimonios, se complace en circular en el misterio todo lo concerniente al origen del vocablo, del que dan
explicaciones diferentes.
Algunos
apoyándose en datos anecdóticos, interpretaciones de ciertos hechos ocurridos
durante el período de impresión del libro y otros, tal como apreciaremos en el
texto siguiente:
Espejo
(1965), amigo del poeta, comenta que Vallejo decidió renunciar a su seudónimo,
ya estaban impresas las primeras páginas del libro, por lo que el costo total
de su publicación había de verse incrementado en tres libras, dice:
“Al
iniciarse el segundo periodo de clases del año escolar, César entrega a los
Talleres Tipográficos de la Penitenciaria de Lima los originales de su libro,
que debía llevar por título “Cráneos de Bronce”. César había rumiado largo y
por muchos días no solo el nombre del libro, que había tenido varios proyectos
de título, sino también el de su propio nombre. Aquel diminutivo despectivo de
Vallejo no le hacía muy feliz a César. Valle, Vallecito o Vallón, pasen, pero
vallleeeejo, no se le cocinaba por aquella época. Entonces decide que el libro
llevaría como nombre del autor el de César Perú y así empieza a imprimir.
Crisólogo Quesada y Francisco Xandoval, compañeros de domicilio de César, le
iniciaron una sorda campaña de bromas y burlas por este inesperado cambio de su
nombre. Le recordaban que estaba imitando a D´Annunzio, Anatole France y otros.
La campaña fue subiendo de tono sobre todo en el lenguaje duro y enérgico de
Crisólogo, que no desperdiciaba ocasión de zaherirlo. Por lo que César,
rindiéndose a las razones de lo ridículo del caso decidió que el libro llevaría
su propio nombre. Comisionó a Xandoval, que le corregía las pruebas, para hacer
la sustitución respectiva. El “Moro” regresó con la noticia de que las primeras
carillas del libro ya estaban impresas y que el rehacerlas importaba tres
libras más. César se sintió muy mortificado. Pues varias veces repitió tres,
tres, con esa insistencia que tenía en repetir palabras y deformarlas, tressss,
trissss, trieesss, tril, trilssss. Se le trabo la lengua y en el ceceo salió
trilsssce…¿trilce? ¿trilce? Se quedó unos instantes en suspenso para luego
exclamar. Bueno, llevará mi nombre, pero el libro se llamará
Trilce.
Esta es la versión auténtica.
Relatada por Crisólogo, Xandóval y algún amigo que estuvo presente, una noche
que se recordaba, delante de César, los incidentes de la publicación e
impresión del libro. Posteriormente, se han dado muy diversas interpretaciones
sobre esta palabra. César ha contribuido, en muchas ocasiones, a sembrar
confusión en relación con su origen. Así un X, que alguna vez le preguntó el
porqué le había puesto a su extraño libro el nombre de Trilce César respondió:
“Pues, porque vale tressss soles” usando ese humorismo, que sabía emplear con los
chuscos que le interrogaban”.
Vallejo
(1983), la viuda del poeta, pretendió como única esclarecimiento de su origen
la musicalidad y la melodía del término y dice:
“Se han inventado las
anécdotas más banales sobre el origen del título Trilce. Sospechando que no
había salido de un prosaico conjunto de cifras o cálculos, le hice la pregunta
a Vallejo. Entonces, pronunció sencillamente: tttrrriiii… ce, con entonación y
vibración tan musicales que hubiera forzado a comprender a quien le oyera, y
dijo: “Por sus sonoridad…” y volvió a pronunciar: tttrrril… ce… No es inútil
señalar que a veces, y digamos a menudo, Vallejo no estaba exento de una
secreta malicia, contestando modestamente y manifestando su acuerdo con todo lo
que le decían. Un día que se encontraba en la Legación de su país en París, un
general le saludó y aproximándose a él, Trilce en mano, le preguntó qué cosa
había querido decir en un poema que señalaba con un dedo, y del que hasta leía
en voz alta ciertos versos que le parecían aún más oscuros. Vallejo tomó el
libro y, frunciendo el ceño, se hundió en su propio poema… y, finalmente,
levantando un rostro desconcertado, contestó: “Francamente…, no veo en absoluto
lo que he querido decir!”. Y el general: “Ve usted! Es exactamente lo que había
pensado!”. Seguramente algo parecido ocurrió con los “tres soles” siempre
mencionados, haciéndose “trilce”… Vallejo, riéndose por dentro”.
González
Ruano (1931) en una entrevista a César Vallejo. A la pregunta “¿Qué quiere
decir Trilce?”, el poeta respondiera:
“Ah, pues Trilce no quiere
decir nada. No encontraba en mi afán, ninguna palabra con dignidad de título, y
entonces la inventé: Trilce. ¿No es una palabra hermosa? Pues ya no lo pensé
más: Trilce”.
Larrea
(1958), amigo del poeta, ensaya una explicación verdaderamente lingüística que permite
poner en consonancia la configuración del término, dice:
“Así como de duple se pasa a
triple, de dúo a trío, de duplicidad a triplicidad, Vallejo sintió oportuno
pasar verbalmente de dulce a Trilce”.
Vásquez (1992),
sobrino del poeta, cuenta el origen del nombre del segundo poemario de su tío y
dice:
“El señor Francisco de Paula
Vallejo Benites en unión de todos sus hijos y de otros familiares continuaba la
reunión para dejar establecido el nombre del honroso libro “Trilce”; César Abraham Vallejo junto a su señor padre, hermanos y en
presencia de muchos familiares, hizo anuncio de su segundo libro que mandaría
editar en un tiempo corto, pero que no tenía todavía el nombre, por lo que
había expuesto, pidió opiniones; sus hermanos mayores le contestaron: “que dice
tu libro y a quien está dedicado”, Augusto José preguntó: “tu libro está
escrito para el público?”. La respuesta fue: “Si, una parte”. Después de
permanecer en aquel dialogo, el papá agregó: “hijito, tu libro podrá llevar el
nombre de la familia?. El hijo “Shulca” contestó: exacto papacito, quisiera que
mi libro lleve el recuerdo de mis hermanos: hemos sido tres grupos, los cuatro
viejos, los cuatro mayores y los cuatro menores, ahora hemos quedado solamente
tres menores, es mi deseo papacito que mi libro que ya está para enviar a
editarse y que será el último en el Perú…; en esos momentos interrumpió toda la
familia, el papá y sus hermanos para decirle: “porqué hijito, porqué hermanito
piensas mal; está bien que salgas de Santiago pero no de nuestra Patria”.
Recalcó el papá: “se hace necesario un cambio de tu idea, es cierto que mi
bendición que recibiste en el momento que naciste pronostiqué que viajarías por
el extranjero, pero en este tiempo de mi avanzada edad no lo hagas.”
El hijo “Shulca” contestó:
“adorado papacito, hermanitos de mi corazón, mi salida del Perú no es un
capricho de mi parte, obedece a mi superación intelectual, para mí no hay sitio
en nuestra Patria, hay ira, hay envidia de parte de los intelectuales, pero
todavía está para ver. Ahora quiero decirles que mi libro que es de ustedes
llevará por nombre “Trilce” en recuerdo de los tres hermanitos menores que
hemos quedado, antes fuimos cuatro”. Ante esa noticia todos se pusieron de pie
para abrazar a su hermanito Cesítar y también a su adorado padre. Cesítar, se
arrodillo a los pies de su padre y le dijo: “papacito deme su eterna bendición
y perdóneme que solamente he señalado el nombre de mi libro para sus tres hijos
menores: Aguedita, Nativa y su hijo “Shulca” que está a sus pies”. El papá le
dio su bendición y le dijo: “tienes todo tu derecho de haber señalado el nombre
de tu libro como recuerdo tuyo y de tus hermanitas mujeres ya que ahora han
quedado tres menores, te agradezco hijito”. Cesítar beso los pies de su adorado
padre y se levantó para decirles: “gracias papacito, se abrazó el papá con su
hijo “Shulca”, se abrazó con sus hermanos y con el resto de la familia que se
encontraba presente, no faltó el llanto de los hermanos por haberles ganado la
emoción, el papá les levantó la moral para decirles: “de pie todos y que venga
la alegría para todos en esta casa”. Quedó sellado el acuerdo para que el libro
lleve el nombre de “Trilce”.
Trilce segundo poemario del poeta de Santiago de Chuco se describe
por ser un renovador del lenguaje literario, revela su original personalidad, donde
trata de expresar una visión del mundo y el rol que asume el arte.
REFERENCIAS
Espejo
Asturrizaga, Juan (1965), César Vallejo. Itinerario del hombre. 1892-1923,
Librería Editorial Juan Mejía Baca, Lima, 1965, p. 109.
González
Ruano, César (1931). “Los americanos de París. El poeta César Vallejo en
Madrid. Trilce el libro para el que hizo falta inventar la palabra de su
título”, Heraldo de Madrid, 27 de enero, p. 16.
Larrea,
Juan (1958). César Vallejo o Hispanoamérica en la cruz de su razón, Centro de
Estudiantes de Filosofía y Letras, Córdoba (Argentina), p. 33.
Vallejo,
Georgette (1983). Apuntes biográficos sobre César Vallejo, Laia, Barcelona, pp.
106-107.
Vásquez
V. Oswaldo (1992). César Vallejo. Ascendencia y Nacimiento. Universidad
Nacional de Trujillo. Vice Rectorado Académico, pp.
139 y 140.
(*) Doctor en educación, ingeniero
químico, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación
en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su
Tierra, docente universitario.
Textos que pueden ser reproducidos
citando autor y fuente
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