SANTIAGO DE CHUCO EN LA ÉPOCA QUE NACIÓ CÉSAR VALLEJO
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Santiago de Chuco, emerge como asiento indígena, pero la fertilidad
del lugar y abundancia de recursos naturales, la convirtieron en un pueblo
mestizo, donde españoles buscaron afincarse con el fin de lograr prosperidad.
En
1892, el 16 de marzo cuando nace César Vallejo, era distrito de la provincia de
Huamachuco. Ofrecía un ambiente
agradable para el visitante, debido a su ubicación en un paraje dotado de
hermosura por su paisaje natural. Su plano fue muy irregular, sus calles eran angostas
y las casas opacas a lo largo de las calles estrechas y mal entramadas, algunas
carecían de estética. La Plaza de Armas era
cuadrada no contaba con mayor atractivo que la vegetación que brotaba en los
días de invierno. Tenía una importante iglesia colonial, su arquitectura era
barroco, fue amplia y señorial, prominente en altares y retablos, pulpito
tallado, lienzos, pinturas, cuadros, imágenes, dotada de ambientes internos
necesarios para celebrar el culto religioso en homenaje al Apóstol Santiago “El
Mayor”.
Las
construcciones de las casas, era un muro perimetral sin retiro hacia la calle.
Atravesado este límite a través de la puerta principal, existía un espacio que
es el zaguán, flaqueado por ambientes que completan un corredor que ocupa toda
la fachada. A ese corredor, típicamente de dos niveles de alto, seguía un patio
principal bordeado por una galería techada con columnas de madera escuadrada
sobre bases en general rudimentarias de piedra. Esta galería abarca típicamente
tres de los lados del patio incluyendo el del ingreso del zaguán. En el patio,
un área rectangular marcada por una fila de gruesas piedras, limita el área
cultivable donde crecían rosas, hortensias, geranios o flores parecidas. Esta
área se encuentra frecuentemente dividida por un camino central que permite
acceder directamente a las habitaciones más importantes de la casa,
directamente al eje con el zaguán, y bordeada por vegetación. El patio era un espacio
de recreación pasiva, paseo y refresco para la familia antes que el área de
recibimiento. Los dormitorios quedaban por lo regular a los costados del patio
o en la planta alta, los pisos eran de ladrillo delgado, inclusive los
corredores. Alternativamente, al fondo de la
propiedad aparece una huerta, tan amplia como el terreno lo permita, luego el traspatio con su jardín donde también se
encontraba la cocina que era amplia, allí estaba el horno para hacer pan,
dulces y los asados; la cocina propiamente dicha consistía en un soporte
acanalado sobre el que había una plancha de fierro con perforaciones circulares
para dar cabida a las ollas de barro, se cocinaba con leña. La existencia de poyos, que servían para descansar,
cumplían la función de silla, se encontraban en el zaguán, alrededor de los
patios.
El ingreso se daba atravesando el zaguán en la mayoría de las casas más opulentas, mientras que en el del más humilde ese no existía, llegando a un patio alrededor del cual se organizaban ambientes. En la parte del traspatio había cuartos para depósito como por ejemplo de monturas y demás aperos; luego el corral donde estaban el establo para los caballos.
Los techos eran inclinados de dos aguas, el espacio interno que se
configura hasta el techo se denomina localmente terrado y tradicionalmente se
utilizaba como depósito, o incluso como área de secado de productos agrícolas
antes de su almacenaje. Son también de madera todas las estructuras de soporte
y circulación en las galerías y escaleras de los patios, así como los balcones,
puertas, portadas y ventanas, la madera predominante fue el eucalipto. Usaron material
constructivo, lo preponderante es la presencia del adobe en los conjuntos
urbanos y el tapial más bien en zonas de las afueras.
Los habitantes urbanos se dedicaban al comercio, dicha actividad se vio reflejado en las manufacturas que se llevaba de diversos lugares de la costa hacia el pueblo, entre los que destacan, las petacas o baúles, que sirvieron de repositorios de toda una gama de enseres, así mismo, el trabajo en entidades estatales y los habitantes rurales se dedicaban a la agricultura, la ganadería y muchos también eran arrieros. La agricultura floreció, de manera que sus cosechas de trigo, ocas, maíz, papas, cebada, habas, alverja, ñuña, lenteja, etc. fueron buenas. Las mujeres urbanas se dedicaban al cuidado de sus hijos y a los quehaceres domésticos del hogar y la mujer rural se especializan al hilado de lana y algunas confeccionaban tejidos finos, siendo los chales los más solicitados.
Santiago de Chuco en la época que nación César Vallejo era un pueblo lleno de tradiciones y costumbres, porque conservaban y practicaban estas manifestaciones que dejaron sus ancestros, ya que se trasmiten de generación en generación hasta el día de hoy. De todas estas costumbres tenemos a las más resaltantes son las siguientes: las mingas, los trueques, florecer el 1° de mayo, la fiesta de julio en honor al Apóstol Santiago “El Mayor”, la primera teja, el carnaval, todos los santos, las ofrendas, las repúblicas, el corte de pelo y otros.
(Fotos del Internet)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
Textos que pueden ser reproducidos
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