NEGROKA UNA VOZ AL SERVICIO DE LA CULTURA DEL PUEBLO

Dr. Javier Delgado Benites (*) En Santiago de Chuco las pastoras es una danza costumbrista, su propósito es rendir veneración el nacimiento del Niño Jesús (Niño Manuelito) en el humilde pesebre de Belén. Las pastoras se presentan el 24 de diciembre a las doce de la noche frente a la representación del nacimiento de Jesús, que ha sido confeccionado antes de Navidad por los dueños de casa o mayordomos con gran entusiasmo y devoción en la sala principal del hogar. Las pastoras, unos quince días antes han ensayado las coplas o villancicos que van entonar la nochebuena. La vestimenta de las pastoras está compuesta por una falda normal o plisada de color negro, una blusa y chompa colorida; con rebozo que cubre la espalda, un sombrero de palma con nieve (algodón), calzan zapatos de vestir, además llevan una recua con su copo de lana de guacho (ovino). Las pastoras son señoras, señoritas o niñas, formadas por parejas en columnas de a dos, por orden de talla, las más chicas adelante y l

  Dr. Javier Delgado Benites (*) El 16 de diciembre, siendo las once de la mañana de un día lunes del mes de diciembre, hace más de medio siglo. Nací en Santiago de Chuco, en el barrio Santa Mónica, sector La Parva de Virgen, en la calle Francisco Pizarro Nº 630 (actualmente El arte y la revolución Nº 638), donde está ubicada mi casa. Para celebrar mi cumpleaños hoy día, cuento con la confesión de mi madre, que me da detalles desconocidos de mis primeros días de vida. Ella dice: - Tú naciste en el dormitorio del segundo piso de la casa. Al enterarse de tu nacimiento los familiares y vecinos vinieron a visitarte. La primera en visitarte fue tu tía Margarita Geldres y su hija tu tía Panchita Castillo, te trajeron de regalo mucho cariño y sus deliciosos pancitos y pasteles para que coman tus hermanos. Todos los que te visitaban traían sus regalos como ropones, botitas, así mismo, azúcar, leche, arroz, papa, y lo dejaban en la mesa y se dirigían en donde te encontrabas durmiendo a mi lado,

  Mientras nos encontremos fuera de nuestra santa tierra por asuntos laborales, familiares o de radicar en otro lugar del país y del extranjero, el deber principal es amar al lugar donde hemos nacido, en aquel lugar vimos por primera vez la luz, expelió el aire y se dio el primer grito de vida - He ahí el engranaje, el cordón umbilical, la atadura permanente, pues en la conciencia quedará internalizada aquel once mandamiento: AMAR A SANTIAGO DE CHUCO, LA TIERRA DONDE HEMOS NACIDO. Todo esto es involucrarse y ayudar desinteresadamente por su desarrollo, progreso y bienestar de su gente para que el sentimiento por la tierra natal jamás cambie. Santiago de Chuco siempre está presente en la mente de todos sus hijos que han nacido en las entrañas y siempre está con sus brazos abiertos para proporcionarnos lo mejor que tiene. Es una tierra telúrica, magnética, prodigiosa e incomparable. (Foto: JSL)