SANTA MÓNICA BARRIO DE ESCRITORES Y POETAS
Dr. Javier Delgado Benites(*)
Santiago de Chuco, se encuentra al pie del Cerro Quilla Hirca o San Cristóbal. La ciudad esta encaramado sobre un paisaje quebrado, encinturado de piélagos, y avizorado por abismos cordilleranos.
Está dividida en cuatro barrios con nombres de santos y santas: San José, San Cristóbal, Santa Mónica y Santa Rosa.
Santa Mónica, conocido también como Barrio Alto, será porque esta ubicado geográficamente en una pendiente. En un inicio fue llamado Cajabamba, optó ese nombre porque había mucha chichería (tiendas que se dedicaban a la venta de chicha) y la chancaca que era materia prima para endulzar a la colorada, lo traían desde Cajabamba, los oriundos de ese lugar llegaban al barrio para vender su producto.
Según el escritor santiagochuquino Samuel R. Mendoza, hace referencia sobre la división del barrio Santa Mónica: “Abarca la parte superior izquierda del poblado siendo su linderación al norte el camino de Yamanate; el este el jirón Colón (actualmente Miguel Grau); al sur el jirón Tomás Ganoza y al oeste la carretera a Trujillo y las tierras de la Parva de la Virgen”.
Todo Santiago de Chuco, tiene un maravilloso y sorprendente paisaje natural. El barrio Santa Mónica, es un lugar privilegiado, donde su panorama hay concurrencia de luz, color, extensión y derroche de belleza. La Parva de la Virgen es un rinconcito lujurioso de agro, es el lugar donde el maíz, la alfalfa y el trigo, brotan de su tierra fértil con cantos pajariles.
Es el barrio donde se encuentran, la Pamplona, lugar encantado por su agua diáfana, el Perolito, reserva de agua clarificada, la Manzanita, lugar por donde transita la soledad, la Piedra Bruja, lugar hechizo de brujas y hadas, las Guitarras, donde queda la Cruz del Llanto, lugar donde los penitentes se azotan y lloran por sus pecados cometidos en Semana Santa.
Los que hemos vivido, todos los días nos hemos embriagado mirando su belleza del paisaje sideral, los caseríos de Conra, Pueblo Nuevo y Huayatán, enaltecen su resplandor rural. Todo ello, lo hemos disfrutado sin reparo, lo hemos contemplado con dulzura. Hemos conversado con la lluvia, había casos que en el barrio Santa Mónica llovía y no en los otros barrios, talvez por su altura y en la noche con las estrellas, la luna, jugando la ronda y las escondidas con el canto de algún pájaro nocturno.
Todo eso, ha servido para los que han vivido en el barrio Santa Mónica, se alimenten de su imagen y de su savia, vertiendo inspiración y lo ha convertido en la cuna de escritores y poetas.
Los que han pasado a la inmortalidad, dejando en alto a Santiago de Chuco, porque su obra ha trascendido fuera de las fronteras del Perú.
César Vallejo Mendoza, el gran poeta universal, icono de la literatura hispana.
Gerardo De Gracia Velásquez, el poeta de los niños, que quiso y velo por ellos.
Carlos Barbarán Urquizo, el maestro ejemplar y el escritor que amo a su pueblo.
Eulogio Ávila Benites, joven escritor que dejó huella con su obra teatral “El huerfanito”.
Los que siguen bregando y poniendo en alto las letras santiagochuquinas, con sus obras publicadas.
Julio Geldres Aguilar, el escritor que ama a su tierra con devoción y su obra refleja.
Danilo Sánchez Lihón, el poeta y escritor más prolífico, con más de un centenar de libros publicados, todo record literario.
Marino Quispe Sánchez, el trovador que canta con el alma a su aldea.
Segundo Vejarano Escobedo, el escritor disciplinado que añora a su lar natal.
Brander Alayo Alcántara, el poeta que canta con ternura a las mentes inocentes.
Alejandro Benavides Roldan, el poeta que exalta con sus versos profundos.
Carlos Caballero Alayo, el escritor comprometido con la nobleza de su pueblo.
Javier Delgado Benites, el escritor exhaustivo que enaltece con sus escritos asu tierra.
Modesto Custodio Benites, el poeta entusiasta, que sigue pisando firme.
DiosDado, el poeta que vislumbra con sus trovas en cada tiempo y espacio.
Los que siguen publicando sus artículos, escritos y poemas en revistas, plaquetas, esperando cualquier día sacar a luz sus obras:
Francisco Miñano Benites, el maestro virtuoso y el escritor diversificado, con varias obras inéditas, conocedor de la vida y obra de Vallejo.
Luis Santa María Pereda, el escritor que trasciende con sus artículos relativos a su lar natal.
Orlando Delgado Benites, el poeta que se encuentra en silencio, cantando sus versos.
Mercedes Esquivel Zavala, la que entona sus metáforas a la naturaleza.
Hilda Escobedo Felipe, la que canta sus versos al amor.
(*) Investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, miembro del Movimiento Capulí Vallejo y su Tierra.
Comentarios
Publicar un comentario