MI COLEGIO EN LA ÉPOCA QUE ESTUDIÉ 1981 A 1985

(A mi promoción 1985 – Javier Heraud)

Dr. Javier Delgado Benites

Mi colegio fue creado en 1958, con el nombre de Colegio Nacional Mixto de Santiago de Chuco, iniciando sus labores ese mismo año. Fueron los profesores y alumnos del Colegio Particular “Santiago El Mayor”. Para cambiar el nombre, se reunieron en la Municipalidad donde se presentaron dos propuestas: una “Apóstol Santiago El Mayor” y otra “César Vallejo Mendoza”. Ganó esta última, nombre en mérito a ese insigne hombre de letras universal. Instalándose el 23 de setiembre como la fecha de aniversario del colegio, coincidiendo con el día de la juventud, el año siguiente, en 1959 fue gestionada la regularización de dicho nombre por el Alcalde de aquel entonces.

En la reforma educativa del gobierno militar, el colegio sufrió una reestructuración para adecuarla a las exigencias y ponerlo a la época en materia educativa y se da el nombre de Centro de Educación Básica. En diciembre de 1979, se ordena el fucionamiento de tres colegios que existía en Santiago de Chuco: Colegio Nacional “Cesar Vallejo”, Instituto Nacional Agropecuario Nº 93 y Colegio Nacional de Mujeres “Libertad”, así mismo el Programa de Educación Básica Laboral (PEBAL). Esta creación, luego es oficializado en toda su extensión – pedagógica con la Resolución de diciembre de 1979 bajo la denominación de CEB “César A. Vallejo Mendoza”. Siendo el primer Director el ingeniero agrónomo Roland Geldres Haggemmiller, hombre competente que durante su gestión el colegio llegó a un nivel académico alto, bajo su conducción prestaron servicio una plana de profesores de reconocida trayectoria. Se encuentra ubicado en el barrio San Cristóbal, calle Dados Eternos S/N.

En 1981 cuando inicio mis estudios secundarios en el sétimo grado “B” (actualmente primer año), tuve la suerte de gozar el local nuevo que estaba distribuido por pabellones para aulas de clase tanto para primaria como secundaria, talleres técnicos, tres laboratorios (Química, Física y Biología), biblioteca, oficinas administrativas, teatrín, casa fuerza, casa de guardianía, patios y áreas verdes.
En 1983, cuando cursaba el tercer año se expide una Resolución que resuelve: Adecuar a partir del 01 de abril el CEB “César A. Vallejo Mendoza”, como Colegio Nacional “César A. Vallejo Mendoza”, con las modalidades: Primaria de Menores y Adultos, Secundaria de Menores y Adultos.

En 1985, cuando finalice mis estudios secundarios, entrabamos a otra etapa de estudiantes, dejar el colegio, dejar Santiago de Chuco, dejar la familia, para enrumbarnos a seguir estudios universitarios. Siendo exalumnos extrañábamos a nuestra Alma Mater, los profesores, los amigos, nuestro pueblo, la familia, las costumbres, la comida, etc.

De acuerdo a la Ley General de Educación Nº 28044, el Colegio Nacional “César A. Vallejo Mendoza” es ahora denominado Institución Educativa “César A. Vallejo Mendoza”.

Haciendo honor a su nombre que hoy ostenta mi colegio es forjador del espíritu y la mente de quienes hemos pasado por sus magnas aulas, lleno de conocimientos, anécdotas y grandes amigos.
Mi colegio debe asumir el liderazgo en base al compromiso del personal docente, administrativo, de servicios y alumnos en general, propender a cumplir con los fines para los cuales ha sido creado, es decir brindar una capacitación integral y ser líderes del ande de la región La Libertad.

Es necesario resaltar el deber generoso de muchos profesores que tuvimos la suerte de ser sus alumnos y de otros que no tuvimos la oportunidad de ser, pero si apreciarlo por la noble labor que desempeñaron en el progreso de la educación de los jóvenes de nuestra tierra.

Todos los exalumnos, debemos relevar la hazaña formadora de esta gloriosa Alma Mater, patrimonio de la educación secundaria de la Provincia de Santiago de Chuco.

UNA ANÉCDOTA DEL INGENIERO ROLAND GELDRES H.
(Siempre lo recordamos por ser un maestro que ha dejado huellas en los vallejianos)

UNA CRUZ EN LA FRENTE (*)
El ingeniero Roland Geldres quien era director del colegio César Vallejo, durante su gestión el colegio llegó a un gran nivel académico con responsabilidad de todos los componentes educativos.
Supervisaba a todos los profesores que se encuentren en el aula, pasaba aula por aula, viendo y oyendo si estaban haciendo clase, en caso que el profesor faltaba por algún motivo, entraba a desarrollar la clase de la asignatura correspondiente: historia, lenguaje, matemática, biología, química, etc., tenía la capacidad para desarrollar cualquier tema en forma didáctica.
Cuando cursaba el tercer año, al resignarse la profesora de Química Edith Escobar, faltando pocas semanas para finalizar la primera unidad nos quedamos sin profesor, el ente superior no mandaba su reemplazo, el Ingeniero Roland Geldres asumió la enseñanza de dicha asignatura, durante el tiempo para que llegara el profesor. Los temas que estábamos desarrollando eran reacciones químicas, nos enseñaba las clases en forma didáctica, era entendido por todos los alumnos. Alumno que no prestaba atención a la clase o al hacer una pregunta y no contestaba la respuesta, se acercaba a la carpeta del alumno y lo hacia con la tiza una cruz en la frente. La cruz era una señal para que el alumno preste atención a la explicación de la clase y conteste la pregunta formulada.
Nos evalúo la primera unidad y nos enseñó toda la segunda unidad, sus clases eran atendidas por todos los alumnos del tercer año “A” en silencio agradable, pocos alumnos fueron desaprobados durante su permanencia. Para el inicio de la tercera unidad llegó la profesora reemplazante. Muchos de los alumnos extrañaban la metodología del Ingeniero Roland Geldres.

Nota: Particularmente, podría decir que fue mi primer profesor que me enseñó Química, que me agradó y dio inicio a mi inclinación de mi carrera profesional, para ser Ingeniero Químico.

(*) Anécdota del libro intitulado “Anécdotas del colegio” de Javier Delgado.

 

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