SANTIAGO DE CHUCO, TIERRA PRODIGIOSA
(Por su Aniversario)
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Santiago de Chuco está enclavada en la sierra norte de La Libertad, es una provincia que está en contacto con el universo donde el alma se transfigura, vibra en ondas luminosas con el ritmo melodioso de su música pajaril, su población que se recuesta en eucaliptos y hay un ánimo frescos de esperanza y una emanación de aromas que el lugareño aspira con codicia, está rodeado de la efusión del campo y el perfume de las flores, sus lugares anidan recuerdos y ponen hitos a la aventura, todas las campiñas se anuncian como estrofas de un himno o canciones de una copla. Su verdor en mayo reverbera como una aurora de esmeraldas y hay en el campo oriflamas de melodías.
De este lar natal han nacido las personas más representativas que han dejado y siguen dejando muy en alto a nuestro país, su lecho ha albergado y sigue albergando a más de 100 poetas y escritores con obra publicada, César Vallejo es uno de los más renombrados, los hermanos Abraham y Felipe Arias Larreta, Santiago y Julio Pereda Hidalgo, Gerardo De Gracia, Brander Alayo Alcántara, y otros que siguen bregando en los avatares literarios, por eso es considerado capital de la poesía en el Perú, es llamada la tierra de poetas, de su vientre andino ha nacido el sindicalista cañero Artemio Zavala Paredes, el luchador de las 8 horas de trabajo en el Valle de Chicama, de ello ha nacido el guerrillero de 1965 Luis De la Puente Uceda, que murió en Mesa Pelada, por hacer la revolución peruana, de ello ha nacido el héroe de Zarumilla el general Carlos Miñano Mendocilla, también los pintores Arístides Vallejo Aranda, Eladio Ruiz Cerna, Agustín Rojas Torres y Roger Vejarano Ponce, los maestros que han sembrado pedagogía y han dejado escuela en sus discípulos los hermanos Carlos y Santiago Uceda Meza, Luis Herman y Domingo Benites Cribilleros, Carlos Barbarán Urquizo, Manuel Encarnación Saavedra, Helí Vejarano y otros que son recordados por las generaciones de chuquinos, porque fueron quienes lo sembraron los surcos de conocimientos para que surjan las ideas, así mismo es la tierra de empresarios y profesionales con éxito que dejan bien en alto a Santiago de Chuco.
En mi tierra se experimenta un miraje de auroras y la vida es fragante, su valle escancia perfumes y la brisa melodías. Sus cumbres dan a dorar al sol sus lomas de trabajo, en el alba el cielo celeste reluce áureo: la alborada ha puesto su pincelada maestra y la atmosfera se cubre como de una dorada claridad; a medio día las nubes flotan como melodías, navegan en escolta arabesca y la imaginación descubre figuras metodológicas en extraño procesión de recreo; por los fondos los últimos rayos del ocaso trasfiguran las nubes y el escenario se cubre de un manto dorado, oriundo en su base por pinceladas cadenas y paletadas de bermellón oscuro. La prodiga naturaleza le ha otorgado sus mejores galas y ha dado a brotar un tipo de excepción. Egregia como un tibor de esencias, hermosa y pulcra, como un botón de magnolias o un buoquet de lirios, tiene de la aurora su tinte rosa y del sol el oro mate de su brillo. La atmosfera le presta su tersidad y ensoñación y la campiña su refinamiento y elegancia.
Según mi hipótesis, porque mi tierra es una tierra prodigiosa, porque su paisaje abierto, su telúrica, su cosmovisión es sideral, ningún pueblo que he visitado, tiene esa gama de gente prodigiosa, también mucho tiene que ver su fertilidad de sus suelos con sustancias ricas en minerales, porque sus productos agrícolas también son sublimes, su preparación por manos de las chuquinas lo convierten en las comidas más deliciosas, recordar al cashallurto, el quesheste, el jetón, el shinde, el tulpino, la gallina en fiambre y que hablar de su pan con diversidad, el bizcochuelo, el bizcocho chancay, el rosquete, los pasteles, etc. que viene hacer el mejor del mundo.
Por eso mi tierra es la expresión estética, que desborda una sinfonía plástica, su silueta se proyecta en el espacio como una final de brillantes el labrantío de pajonales en la jalca en el invierno avientan su caballera y se escucha una melodía angustiada en las pendientes las chorreras se precipitan haciendo brotar copos de espuma en las pequeñas faldas anidan pozuelos en los que la superficie cristalizada ofrece una riqueza de figuras geométricas.
Santiago de Chuco es horizonte que todo se ilumina del mágico concierto de tono y color del véspero; la fantasía abarca temas de infinitud y la estampa de la tarde por poderosa fuerza de ensueño adquiere atracción de misterio y espiritualidad, todo eso es mi Santiago de Chuco. Señores, visítenlo y comprobaran.
(*) Doctor en Educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra y docente universitario.
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