EL TALLER DE ZAPATERÍA DE MI PADRE. ERA UN LUGAR DE REUNIÓN DE VIEJITOS ENSUELADORES
(Al celebrarse hoy día 08 de junio, el cumpleaño de mi padre que se encuentra ausente en compañía de mi hermana Elizabeth, pero presente en nuestra familia)
Dr. Javier Delgado Benites (*)
En Santiago de Chuco, cuando era niño y estudiaba en la escuelita de La Parva de la Virgen, que está cerca de mi casa, me gustaba pasar largas horas en el taller de zapatería de mi padre, mirar cuando perfilaba sus cueros para realizar zapatos de mujer con diversos modelos, los cosía en la máquina de perfilar Singer, lo coloca corbatitas, hebillas y otros adornos, que lo hacían novedosa y llamativo. También perfilaba para zapatos de varón como medio zapato, botines, botas y uruguayos para jugar fútbol, así como también de niños.
En su máquina de perfilar mi padre hacía maravillas, combinaba colores, con cueros de boxcalf, gamuza y charol de acuerdo al gusto y pedido de todos sus clientes.
Crecí en el taller de mi padre entre olores de cuero, suela, badana, cantidad de hormas de diversos tamaños y pegamentos como: jebe líquido y engrudo, viendo diversas herramientas como martillos, alicates, alesnas, chavetas, diablos, martillos, tirapiés, escofinas, sacabocados de diversos tamaños y para diferentes usos.
Lo que más me llamaba la atención era la concurrencia de viejitos de pelo blanco, calvitos, que llegaban al taller de mi padre, ellos se reunían a conversar, contar chistes, hablar de política, de cultura y de cualquier noticia que se presentaba en las circunstancias en el pueblo o a nivel nacional, algunos se hacían bromas pesadas que resultaban molestándose, incluso que iban a los golpes, donde mi padre actuaba dándole la calma respectiva.
La mayoría de ellos eran sus ensueladores, que venían a llevar el avío, que consistía en los materiales e insumos que mi padre alistaba para los ensueladores, para que hagan los zapatos, cosidos o estaquillados, el avió contenía los siguientes materiales: Hormas, cueros perfilados, contrafuertes de punta, contrafuertes de talón, falsas, cercos, firme, hilo, tacos o en caso contrario venían a dejar los zapatos ensuelados, donde mi padre los pagaba al momento por la obra entregada, si había más avió se iban llevando para que lo traigan los zapatos ensuelados el siguiente día, eso era la rutina de los viejitos que llegaban al taller de mi padre, todos los días estaban en el taller, algunos se quedaban por muchas horas a conversar.
De los viejitos que recuerdo es de don José María, don Balta Ravelo, Don Ricardo, y otros.
En el taller de zapatería de mi padre crecí mi niñez y parte de mi adolescencia hasta cuando terminé la secundaria, pasé largas horas en la mañana, en la tarde cuando no estudiaba o en la noche cuando estudiaba, apoyándolo en las cosas que me ordenaba como chancar la suela, coser el cuero con la falsa con hilo de cera de abeja, alistar los zapato que consistía en sacar de la horma y revisar si había algún clavo o estaquilla en su interior para chancarlo, poner y pegar su platilla, pasar barniz al cerco, lustrar, etc., cuando mi padre tenía mucho pedido trabajaba hasta la medianoche.
Mi padre me enseñó el arte de la zapatería artesanal, aprendí a chancar la suela en la rodilla, coser lo zapatos y clavar la estaquilla o los clavos. Me alejé del taller de mi padre al seguir mis estudios universitarios, así mismo de mi tierra por tratar de estudiar en la universidad, porque en esos tiempos no había ningún instituto de educación superior para poder estudiar.
Nunca seguí el oficio de mi padre y ninguno de mis hermanos, porque siendo zapatero honesto y responsable, aquellos tiempos era muy rentable, nos educó a todos mis hermanos, todos somos profesionales.
Gracias a ese oficio de zapatero de mi padre somos todos mis hermanos profesionales. Recuerdo que siempre nos decía: -Mi mejor herencia es darle su profesión.
Hoy día 08 de junio padre te echo de menos, no solo porque es tu cumpleaños, sino porque fuiste el mejor padre. Sé que todo lo que has dejado de ejemplo, es bueno, tus valores, tu responsabilidad en el trabajo y la familia, tu alegría por vivir en unión familiar. Agradezco a mi padre que en el lugar donde se encuentra derrame su bendición, ahora que está contento junto con mi hermana, que tanto lo quiso, cuiden a mi madre, a mí y mi familia, a todos mis hermanos y sus familias.
Siempre Padre te agradeceré, seguiré tus pasos de ser un padre ejemplar.
¡Muchas felicidades en tu cumpleaños!
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
Nota: Algunas fotos etiquetas de Internet.
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