EL SABIO ANTONIO RAIMONDI EN SANTIAGO DE CHUCO

 


Dr. Javier Delgado Benites (*)
La relación de Antonio Raimondi con el Perú es grande, eligió al Perú como destino para sus estudios de la naturaleza y no se equivocó, aquí encontró un campo fértil para sus investigaciones. Visitó Santiago de Chuco en 1859 para realizar estudios de las aguas termales de Cachicadán, en esa época La Banda (como se denominaba Cachicadán) era un centro poblado que pertenecía a la Villa de Santiago de Chuco. Al respecto dice: “Volví a pasar a la parte occidental de la Cordillera, llevando mi laboratorio portátil a los Baños Termales de Cachicadán, por hacer un prolijo análisis de su medicinal agua ferruginosa”.
Nació en Milán el 19 de setiembre de 1824. Partió de Italia con rumbo al Perú el 8 de enero de 1850, arribando al puerto del Callao el 28 de julio del mismo año en compañía de su inseparable amigo de infancia, el doctor Alejandro Arrigoni. En ese entonces transcurría el primer gobierno de Ramón Castilla (1845 - 1851) y el país vivía un paréntesis de relativa estabilidad tras un período extenso de convulsiones políticas, además de una prosperidad económica otorgada por la explotación del guano en las islas Chincha.
Acogido por el médico Cayetano Heredia, uno de los artífices de la ciencia peruana, a los pocos días de su llegada al Perú éste le encarga su primer trabajo científico para clasificar ejemplares de historia natural; fue profesor de zoología y botánica de la Escuela de Medicina, además comisionado del gobierno, como consultor científico hasta su muerte.
Raimondi se propuso prepararse y acopiar la bibliografía existente sobre el Perú durante dos años. Inquieto por sus afanes naturalistas, en 1851 comenzó sus primeras y breves expediciones a los alrededores de Lima, llevando a cabo en el año de 1852 el primer recorrido de magnitud a la zona de Chanchamayo. Realizó nueve viajes cortos, seis de ellos financiados por él y tres que fueron acometidos por encargo del Estado peruano.
En 1859, el sabio italiano Antonio Raimondi visitó Santiago de Chuco con fines de estudio, donde realizó una minuciosa investigación, analizando las aguas termales de Cachicadán. En su libro titulado “Aguas Minerales del Perú” (1882), relata:
“Baños de Cachicadán.- Estos baños se hallan situados en la provincia de Huamachuco, a unas dos leguas largas del pueblo de Santiago de Chuco, en un pequeño llano rodeado de cerros, cubiertos de verdes cultivos de cebada, trigo y maíz; entre los cuales se hallan diseminados varios árboles de saúco y numerosas casitas cubiertas de tejas, que dan al conjunto una hermosa vista.
Este lugar presta alguna comodidad a las personas que concurren a tomar baños, pues tiene un gran edificio con sus pozas de agua en el interior y se encuentran recursos tanto para los pasajeros como para sus bestias.
El agua de Cachicadán es termal y sale al pie de un cerro, cuya roca en la parte inferior es un pórfido traquítico, y cerca del punto donde brota el agua es de naturaleza feldespática con sulfato de barita y sulfuro de hierro. Algunos pasos más abajo se nota otra hoya a donde sale el agua a mayor cantidad.
En este manantial se ve salir de vez en cuando algunas burbujas de gas, pero es muy difícil recoger, tanto por lo pantanoso del terreno que rodea al manantial, cuanto porque el desprendimiento de gas no se verifica en punto fijo sino que varía de lugar.
El agua de Cachicadán se puede considerar como ferruginosa, y el fierro se halla disuelto en esta agua al estado de bicarbonato de protóxido, a favor del ácido carbónico que contienen agua.
Cuando se toma el agua al salir del manantial, tiene un ligero gusto astringente, como de tinta de escribir. Si se deja enfriar el agua al aire libre, el fierro se deposita al estado de óxido, por el desprendimiento del ácido carbónico que lo tenía disuelto. En este caso el agua se vuelve potable, pues los demás elementos minerales están relativamente en pequeña proporción, y a excepción de la cantidad insignificante de sulfato de barita, son los mismos que se hallan en toda agua potable.
A este fenómeno se debe el depósito de color rojizo formado en su mayor parte de óxido de fierro que se nota en las partes por donde pasa esta agua.
ANÁLISIS DEL AGUA DE CACHICADÁN
Esta agua no tiene olor y tomada del manantial es transparente, pero luego se vuelve opalina y poco a poco deposita una pequeña cantidad del óxido de fierro.
La temperatura del agua en el manantial, el día 24 de abril de 1859 a las 2 p.m. era de 71º, siendo la del aire 16º 6, y la presión atmosférica 537mm. 10.
Peso específico del agua…………..1,000356
GASES CONTENIDOS EN EL AGUA, CALCULADOS A LA TEMPERATURA DE 0º Y PRESIÓN DE 760 mm
Un litro de agua contiene:
Ácido carbónico…………….litros 0,019963
Ázoe ………………………… ” 0,002321
Oxígeno …………………….. ” 0,000928
Los gases que se desprenden del manantial, por las razones más arriba indicadas, no se han podido recoger en cantidad suficiente para someterlos al análisis.
MATERIALES FIJAS CALCULADAS AL ESTADO ANHIDRO
Un litro de agua contiene:
Bicarbonatos.
Carbonato de cal…………………gramos 0,010000 = 0,014400
“ de magnesia………... “ 0,003781 = 0,005761
Oxido de fierro…………………… “ 0,013000 = 0,026000
Sulfato de cal……………………. “ 0,059510
“ de magnesio……………. “ 0,027120
“ de soda…………………. “ 0,027732
“ de barita……………….. “ 0,000500
Cloruro de sodio………………… “ 0,102834
“ de potasio……………… “ 0,002220
Sílice……………………………… “ 0,055000
-------------
gramos 0,301697
MATERIALES DESPOSITADAS ALREDEDOR DEL MANANTIAL
Peróxido de fierro……………….. 82,00
Carbonato de cal y magnesia….. trazas
Agua………………………………. 10,00
Sílice……………………………… 7,60
Materiales orgánicas…… 0,40
---------
100,00
Aunque la cantidad de fierro que contiene esta agua no es muy grande, pues los gramos 0,013 de óxido que da el análisis, corresponden a gramos, 0.026 de bicarbonato de protóxido de fierro disuelto en el agua, no siendo acompañado en esta agua de una fuerte proporción de sales, hace que el fierro pueda desarrollar con más seguridad su acción medicinal específica” (pp. 22-25).
El italiano Antonio Raimondi, fue el primero en realizar estudios científicos sobre las aguas termales de Cachicadán, este recurso natural según su informe del análisis de las aguas, se afirma que contiene propiedades curativas, la que favorecen a la buena salud de las personas de quienes las hacen uso, ya sea a través de los baños o quienes lo toman para calmar la sed. Las aguas termales tienen las bondades de que aumenta la presión hidrostática del cuerpo, la circulación sanguínea y la oxigenación, ayuda a disolver y eliminar las toxinas del cuerpo, mejoría en las enfermedades de la piel, ayuda al cuerpo humano mejorando el sistema de defensa de la piel frente a todo tipo de agresiones y otras. Por tal razón, las aguas termales de Cachicadán son bastante recomendables, muchas personas viajan exclusivamente de diferentes lugares del país y del extranjero para hacer uso de sus beneficios que son reconocidas.
Luego de visitar Santiago de Chuco, el naturista siguió con sus viajes, se internó en la sierra, en la selva, recorre valles, ríos y sedientos desiertos. En 1879, pese a la guerra con chille, continuó intacto en sus investigaciones científicas, aportando conocimientos valiosos para el Perú. Durante diecinueve años el sabio italiano se dedicó a estudiar las tres regiones naturales. Durante sus viajes coleccionó especies para el archivo que lleva su nombre.
La salud de Raimondi comienza a quebrantarse por una pleuresía. Por recomendaciones médicas debía permanecer en una ciudad de buen clima. Enterado su fiel amigo Alejandro Arrigoni de su delicada situación le envió una carta desde San Pedro de Lloc, invitándolo a disfrutar del benigno clima que posee dicho lugar del norte del país. Afectado por una larga enfermedad, fallece el 26 de octubre de 1890 en San Pedro de Lloc, siendo trasladados sus restos a Lima, donde reposan en el cementerio Presbítero Maestro.



(*) Doctor en educación, ingeniero químico, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
Textos que pueden ser reproducidos
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