MI ETERNA CASA EN SANTIAGO DE CHUCO




Mi casa en Santiago de Chuco
donde pasé mis diecisiete primeros años
está en pie esperándome con gozo
ahí aguaité a mi querida madre cocinar
en el fogón los ricos potajes del lugar
en ollas de barro que lo dan buen sabor
el cashallurto, el quesheste, el shinde
el cuy guisado y la gallina en fiambre
brindando con su añeja aloja o chicha.

En el veterano tendal y en la shanga
están los mates, las lapas, y guishllas
esperando cumplir su labor habitual
mientras la ausencia están hipnotizadas
tapadas por el polvo que no se usan,
el horno de barro está muy entumecido
esperando hornear el rico pan de fiesta
con ansias apetecía que salga calientito
para tomar un lonche de limoncillo o panizara.

Regresar a mi casa de mi santa tierra
me viene a la memoria a mi padre
trabajando en su taller de zapatería o
dando de comer a los animales en el corral
chileno al caballo y burros para salir al campo
cebada al chancho gordo para la manteca
maíz a las gallinas para que pongan huevos y
al perro Poly su ayudante fiel en sus andares.

Mi eterna casa en Santiago de Chuco
vivirá siempre en mi evocación por siempre
el tiempo que viviré lo iré aguaitar y recorrer
todos los rincones, el terrado, la guayancha
los balcones, los escalones y mi verde jardín,
la casa de mi pueblo quiero que sea la misma
durante toda la prolongada vida del tiempo
con furor resiste la soledad de mi ausencia.

JAVIER DELGADO BENITES
Santiago de Chuco, febrero del 2020

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