CACHICADÁN LUGAR DONDE ENCONTRÓ EL AMOR EL GUERRILLERO LUIS DE LA PUENTE UCEDA

 

Dr. Javier Delgado Benites (*)

Luis De la Puente Uceda cuando regresaba a su tierra natal Santiago de Chuco, frecuentaba siempre ir a Cachicadán, porque ahí encontró el amor con la dama María Luisa Gálvez Quezada, una mujer hermosa, apacible, de ojos claros, blanca, de clase social alta que era pretendida por varios hombres opulentos.

María era la mujer que lo había embelesado al líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. De la Puente para plasmar su amor que sentía por aquella cortesana cachicadanensa, un día cerca de su casa desenvainó su puñal que llevaba en el cinturón y escribió en su pared que estaba pintada con yeso: Viva la lucha armada.

El hombre de leyes, cuando retornaba de la costa a Santiago de Chuco, siempre iba a Cachicadán, porque el amor de su vida lo estaba esperando para gozar de ese néctar que solo el amor lo supo dar.

De la Puente quiso a ese paraje enclavado de eucaliptos, magnetizado de aguas termales, encantado de plantas medicinales y con el verdadero amor de su vida, que le hizo apreciar y querer a esa eclosión telúrica en la que un día manifestó:

 

“Cachicadán, tierra de mis ensueños

Cachicadán, tierra de mi ilusión

yo desde aquí, de pie, le grito al tirano

la libertad nunca muere, viva la revolución”.

 

María Gálvez, estaba enamorada del guerrillero De la Puente, que al morir en Mesa Pelada en 1965, jamás se enamoró de nadie se dedicó a su labor de maestra, porque fue el único amor de su vida, ese romance perduró toda su existencia, respetándole por siempre.

 

^(*) Doctor en educación, ingeniero químico, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.

 

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