¿POR QUÉ CÉSAR VALLEJO SE DIRIGIÓ A PARÍS?
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Francia fue un polo cultural y
científico para los habitantes de los territorios americanos de los imperios
ibéricos y continuó siéndolo después de las independencias. París fue el punto
de encuentro de los latinoamericanos desde mediados del siglo XIX hasta a
mediados del siglo XX. Ninguna otra ciudad de Europa albergó una comunidad
latinoamericana tan amplia y diversa como la que tuvo la ciudad luz en aquella
época. Intelectuales, artistas, exiliados, activistas políticos y miembros de
las élites convivieron en la misma ciudad urbana, asistieron a los mismos
eventos y leyeron los mismos periódicos y revistas. Fue en París donde se creó
por primera vez, la idea de América
Latina.
La llegada de los latinoamericanos
a París hizo posible un intercambio cultural y político inédito hasta ese
entonces, donde intelectuales, políticos, artistas y exiliados provenientes de
los diversos países se dieron cita para elaborar un diagnóstico global del
continente. Así los latinoamericanos abordaron una serie de debates que se
convirtieron en el núcleo de una reflexión sobre su lugar en el mundo, entre
los cuales estaba la producción literaria y plástica, el indigenismo, y la
necesidad de enfrentar al fascismo y al imperialismo norteamericano.
En aquella
época ir a la Ciudad de la Luz era la meta ansiada de casi todos los jóvenes de
Latinoamérica por el atractivo literario que dicha ciudad tenia; a ella se
dirigían con el entusiasmo y la esperanza en el triunfo que tanto anhelaban,
sin sospechar que a veces París suele ser frio e indiferente con quienes
desestima por ser extranjeros.
El domingo 17 de junio de
1923, César Vallejo zarpó del puerto del Callao abordo
del barco "Oroya" junto a su amigo Julio Gálvez Orrego. El
poeta de Santiago de Chuco dijo definitivamente adiós al Perú al viajar rumbo a
París llegando el 13 de julio de 1923, para no
regresar físicamente nunca más.
El escritor Danilo Sánchez
Lihón en un artículo titulado “El Viaje de César Vallejo a Europa”, manifiesta
lo siguiente:
“Cinco razones fundamentales determinaron este doloroso alejamiento:
Primero, la atracción que ejercía Europa, y en
especial París, a todo artista, más aún en aquella época. Era enorme entonces
la fascinación por participar de cerca en el debate cultural más vigente y
mejor posicionado del momento y el anhelo muy legítimo de universalización.
Segundo motivo fue la conclusión definitiva a la cual llegó, de que su
poesía y su arte no serían comprendidos en el Perú, al constatar que su libro
Trilce, publicado el año 1922, cayó en el vacío.
El tercer factor es que meses antes, con el argumento de una reducción de
plazas, fue despedido del Colegio Guadalupe, donde trabajaba como maestro de
educación primaria, pese a que Vallejo disponía de grado académico otorgado por
la Universidad de Trujillo.
El cuarto asunto, y quizá el más determinante para su viaje, fue la
inminencia de ser nuevamente encarcelado pues se había reabierto la causa que
motivó su prisión de 112 días en el penal de Trujillo, hecho que se corroboró
meses después al dictaminarse nuevamente una orden de captura en contra suya,
la misma que después se remitió a París donde él ya se encontraba y que le
causará enorme estrago en su salud, orden de captura que hasta ahora no ha sido
levantada ni él ha quedado absuelto. Él murió perseguido por la justicia
peruana.
El quinto hecho que motivó su alejamiento fue su anhelo de universalidad,
ámbito al cual su genio le impelía abarcando la totalidad del mundo y estando
presente en aquellos lugares en donde la experiencia humana cribaba lo más
significativo y trascendente”.
Después de
dos años de pasar muchas dificultades en París, César Vallejo consigue un
trabajo estable de
secretario en 1925 en la empresa "Los
grandes periódicos iberoamericanos", a su vez comienza a enviar
artículos literarios a Lima, los mismos que son publicados en las revistas
Mundial y Variedades, colaboraciones que
durarán hasta 1930.
Para
los intelectuales latinoamericanos dentro de ellos César Vallejo, París era la
capital de América Latina, el peso de la capital francesa en la vida intelectual
y cultural en esa época. Después de haber vivido 15
años, muere en París un viernes santo, 15 de abril de 1938, a las 9 y 20 de la
mañana.
Posteriormente
en más de medio siglo de la muerte del poeta de Santiago de Chuco, el novelista
peruano Mario Vargas Llosa en 1993 en una entrevista a Radio Francia confesó su
permanencia en París lo siguiente:
"Hasta
entonces me sentía un peruano que soñaba con convertirse, desde el punto de
vista cultural, en un europeo, incluso tal vez un francés".
"Pero
en París descubrí que no era un europeo. Y también que era algo más que un
peruano: que pertenecía a una comunidad
cultural, a una familia cultural, mucho más grande que el
Perú".
Para
los escritores y artistas peruanos que emigraron a París, fue en la capital
francesa donde se descubrió al Perú y latinoamericano.
(Foto
del etiquetado: Escultura de Francisco Miñano Benites)
(*) Doctor en
educación, ingeniero químico, licenciado en educación, investigador del
Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento
Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
Textos que pueden ser reproducidos
citando autor y fuente
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