MI DULCE MAMÁ


                                               Tener a mi mamá en estos tiempos

es una bendición del altísimo celestial

los días que lo visito y estoy con ella

disfruto su dulce cariño y bondad.

 

Mi mamá con sus 91 años de edad

me motiva a lograr lo que quiero ser

me aconseja y me da ilusión sublime

a seguir andando los senderos agrestes.

 

Siento a mi mamá que me acompaña

en los disímiles caminos que voy

siento su aliento los días espinosos

como recompensa al amor que lo doy.

 

Mi mamá me extiende su mano santa

cuando me despido toca mi rostro

me hace una cruz y echa su bendición

para que en la travesía me vaya bien.

 

Mi dulce mamá es una paz de Dios.

 

JAVIER DELGADO BENITES

 H/ 12- 05-23

 


 

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