MI TÍO LUCHO VEJARANO ESCULTOR Y ALTARERO DE SANTIAGO DE CHUCO

Dr. Javier Delgado Benites (*)

Mi tío Lucho Vejarano, era un persona aficionada al arte, la escultura, la pintura, altarero, ciriero y mil oficios, desde niño me gusta pasar por su casa en el barrio Santa Mónica, su sala estaba siempre la puerta abierta, me detenía en la vereda para observar a las imágenes del Apóstol Santiago de diversos tamaños, los toreros, las máscaras de diablos y otras esculturas que realizaba; adolescente me gustaba ir a conversar con mi tío, quien me contaba muchos relatos referentes al oro, le encantaba conversar sobre dicho metal precioso, nos pasábamos buen rato conversando y escuchando que se bromeaba con todos sus amistades que pasaban por la calle.

 

Luis Natividad Vejarano Pereda, nació en Santiago de Chuco, el 21 de agosto de 1921, fueron sus padres, el señor Manuel Vejarano Moreno y la señora Mercedes Pereda Delgado. Estudió en la escuela 278, fue el último de tres hermanos, el mayor Nemesio, el segundo Santos, pasó su adolescencia en su tierra natal, siendo joven su hermano mayor lo llevó a trabajar a la costa específicamente a Cartavio en la fábrica azucarera, en dicho lugar encuentra al amor de su vida, a la dama Jovita Gastañadui Mecola, con quien contrajo matrimonio civil en la ciudad de Trujillo.

Dicho matrimonio decide radicar en Santiago de Chuco y se dedican a fabricar caramelos, en busca de un futuro mejor para su familia, emigra a Chimbote, donde encuentra un asalariado trabajo, por motivo de la enfermedad de su madre, regresa a su tierra natal, se establece para siempre, formó su familia, teniendo seis hijos, Flora, Isidora, Guillermo, Lucho, Tarcila, y Julia siendo la shulca.

Se dedicó al arte, a la pintura, escultura de imagines, lapidas, a fabricar velas, cirios, siendo el único ciriero y escultor en la provincia de Santiago de Chuco, con todo este arte en sus manos, dio educación a sus hijos, los enseñó al trabajo, quienes ayudaban hacer los cirios, para ser vendidos en las fiestas patronales de los distritos y caseríos de la provincia, viajaba de fiesta en fiesta con su negocio, en cada sitio se familiarizaba con la gente y contaban sus anécdotas.

Participó junto al pintor Agustín Torres en la restauración y retocado del Apóstol Santiago “El Mayor”, fue un ferviente devoto del patrón del pueblo, prueba de ello, a todos sus hijos los ha dejado un Apóstol tallado en madera, sus dos hijos varones siguen sus huellas en el arte.

Era muy solicitado para hacer los altares de Semana Santa, los altares de las novenas de la fiesta de julio en honor al Apóstol Santiago, así mismo, de los Santos de los diversos caseríos; era requerido también para los velorios donde alquilaba la capilla ardiente con sus ángeles cada uno con su foco, el manto negro como fondo; eran requeridos sus máscaras de diablo para la fiesta de julio. Para los niños del jardín y de la escuela que querían sus faroles, sus cometas, los hacia los modelos que ellos pretendían. Por otro lado, tenía una variedad de huacos, unas momias, en un rincón de su casa, era un laberinto de santos sin cabeza, sin manos que los llevaba la gente para que los restaure, yeso por todo lado, pintura, purpurina etc., en la Iglesia matriz de su tierra natal restauró y retocó varias imágenes.

Su hija Isidora dice de su padre: “Mi padre un hombre humilde trabajador, sencillo, honrado, supo ganarse el cariño de su gente, hasta ahora lo recuerdan de sus bromas, nosotros sus hijos vivimos orgullosos de él, sus sabias enseñanzas, sus sabios consejos, padre cariñoso, amable, buen esposo, amigo de grandes y chicos, en sus últimos años tuvo una vida tranquila, serena, junto a su esposa, rodeado de sus hermanos, de la familia”.

Fallece 10 de abril del año 2,000 en una sofría noche de invierno a la edad de 78 años.


Mi tío Lucho Vejarano, un personaje del barrio Santa Mónica y de Santiago de Chuco, estimado por la colectividad, sus trabajos que realizaba referentes al arte, fue un matiz de contribución con los niños y jóvenes que hemos tenido el privilegio de conocerlo, a valorar y querer ese talento innato que disfrutaba y favorecía a poder satisfacer las necesidades que la gente lo solicitaba. Por todo eso, su recuerdo es latente por su arte y por sus anécdotas, siendo un protagonista importante en nuestra provincia.

 

(Fotos de su perfil de Facebook de Isidora Vejarano Gastañadui)

 

 

(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.


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