CÉSAR VALLEJO DECLAMA UN POEMA DEDICADO A LA JUVENTUD

Dr. Javier Delgado Benites (*)
El 23 de setiembre de 1915, fiesta de la Juventud y de la Primavera, el poeta César Vallejo estrena declamando a los jóvenes y público en general un poema modernista de dieciocho estrofas titulado “Primaveral” desde un balcón ubicado en la casona de Jr. Pizarro Nº. 551, frente de la plaza de La Merced (plazuela O´Donovan) donde se encuentra ubicada la Corte Superior de Justicia de La Libertad, con ocasión de un desfile estudiantil.
El día anterior (22) de este acontecimiento, Vallejo había sustentado sus tesis universitaria “El Romanticismo en la Poesía Castellana” para obtener el Grado de Bachiller en Letras y Filosofía con mucho éxito, por tal motivo lo reparaba la emoción y fervor en el momento de declamar dicha composición, cuyo texto es el siguiente:
PRIMAVERAL
Excelsa juventud! Jardín de oro!
Palpitación de Amor! Gloria de Oriente!
¡Del ritmo celestial, eco sonoro!
¡Tú que llevas un Sol en cada frente…!
¡Oh juventud! Detén por un momento
tu placida legión en tu carrera:
¿Comulgue el cielo azul del pensamiento
ante el altar azul de Primavera!
Primavera está aquí! Virgen alada,
que en cada año brinda sus amores,
te besa con la brisa perfumada
y deshoja a tus pies risas de flores…
Primavera está aquí! Como un aliento
de Dios, que brilla, vuela…, endulza y canta,
penetra al corazón y al pensamiento,
y en la tierra y en el cielo se agiganta.
Su aparición al final del triste Invierno
es a modo de un ¡hurra! fulgurante
que bajado del trono del Eterno
dice a las almas: Animo! Adelante…!
Es así como en toda la Natura
fluye la nueva savia estremecida,
y en la fuente y el árbol te murmura
una gigante música de vida!
Esa savia es de rojo cuando late
dentro el pecho jovial en mil canciones,
¡cuando impulsa a los hombres al combate
en defensa de sacros pabellones!
Por mágico milagro se convierte
en el hondo cerebro, en santa idea
que lucha por el Bien contra la Suerte
¡y triunfa ahorrando sangre en la pelea…!
Ella te trae fuego, nobles ansias,
destellos desprendidos de Dios mismo;
pues embriagada el alma en sus fragancias,
es capaz de hacer luz en el abismo!
Trae muchas ternuras en capullo,
muchos dulces crepúsculos violetas,
y en la lira de oro de su arrullo
el preludio ideal de los poetas.
Excelsa juventud. Ama con ella,
y a su beso de luz sé un Prometeo,
y sube hasta arrancar de alguna estrella
el Edén Inmortal de tu deseo.
¡Oh juventud! La hermosa Primavera
su flor de fuerza y luz pone en tu pecho:
acoge a su perfume tu bandera
en tu lid por la Patria y el Derecho.
Escudo contra el golpe del destino;
contra el traidor escollo, voz de alerta;
pulverizando vallas del camino,
te lleva al bien fecundo y gloria cierta.
¡Oh juventud! Sostén del Universo.
Rosas, amores, cánticos y aromas.
Volar de sueño a Dios, junto a mi verso,
cual millón de eucarísticas palomas…
Tuya es la Creación. Tu pensamiento
hará en ella una más fuerte vida
que el fecundo calor del sentimiento
primavera eternal dará en seguida.
¿Qué podrá contra ti? Natura te ama,
y en ella está la fuerza creadora…
que hoy en las hondas venas se derrama,
del hombre, el suelo, el pájaro y la flora…
Tú llevarás, oh heráldica amazona,
de victoria en victoria tu bandera,
mientras teja en cada año una corona
para tu augusta sien, la primavera.
Juventud. Patria en flor. Trueno. Armonía.
Y suspiro de amor… La Primavera
renovando tus ímpetus, podría
convertirte en un Dios… si Dios no hubiera.



Con éste extenso poema, Vallejo muestra la clara consolidación de su poesía, se puede encontrar en el contexto un poco de romanticismo con pequeños indicios de vinculación con el modernismo. En dicha composición se resalta lo importante que es la vida escolar y la juventud en nuestra patria.
El poeta en ese año contaba con 23 años de edad, era joven, egresado de Filosofía y Letras, estudiante universitario del primer año de Jurisprudencia (Derecho) y ejercía la labor de profesor en el Colegio Nacional San Juan; consideraba que la juventud estudiantil escolar, universitaria es la etapa maravillosa, llena de vitalidad y que viene hacer la reserva moral del país.
César Vallejo declamó el poema con ahínco, energía y sentimiento, esperando que el escolar y el joven que escuche, tome conciencia de la importancia de ser joven, en ella está la fuerza creadora, innovadora y entusiasta; asimismo, invoca a querer a la Patria.
El poeta demuestra el espíritu pedagógico de ser maestro joven que quiere a sus alumnos y la fe que tiene en los jóvenes del Perú y del mundo.

(*) Doctor en Educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
Textos que pueden ser reproducidos
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