REMINISCENCIA A ENRIQUE ULLOA TORRES
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Enrique Ulloa Torres, conocido con cariño por sus amigos por “Keyoshene”, nos conocimos en nuestro Santiago de Chuco, tierra de ilustres personajes, en el año 1981, cuando cursábamos el primer año (séptimo grado) de secundaria en el Colegio Nacional César Vallejo (C.E.B. César Vallejo M.), estudió hasta el cuarto año, luego se trasladó a estudiar a Trujillo.
Desde 1985, no nos pudimos ver, por mi parte estaba evocado a los estudios universitarios y luego profesionales. Tuve noticias por sus familiares que viajó a Italia, radicando en Milano donde se dedicó a trabajar junto con su familia. En este siglo XXI una a dos oportunidades esporádicamente nos encontrábamos en la fiesta de julio, donde nos saludábamos y conversábamos brevemente.
Hace aproximadamente como 10 años, me llamó por Messenger, donde me comentó que me seguía en las redes sociales (Facebook y otros) y leía mis escritos, ahí en donde me dijo que escribí poesía, estaba por publicar su poemario, me compartió sus versos y estaba interesado en un libro mío que había publicado sobre el habla de Santiago de Chuco, quería tenerlo en su biblioteca para consultar algunos términos su significado e incluir en su poesía. Desde esa fecha repentinamente nos comunicábamos, conversábamos de Santiago de Chuco, de las costumbres, tradiciones y recordábamos de nuestros compañeros de estudios secundarios, las anécdotas vividas en el colegio y en nuestra santa tierra.
En el 2018 al realizarse Capulí, Vallejo y su Tierra en Madrid, me mencionó que viajaba al país ibérico para participar y presentar su poemario, participó con entusiasmo, incluso me expresó que quería que se realice un Capulí en Italia y que él coordinaba para que dicho evento se organice, incluso me enunció que tenía que estar presente para participar y que no me preocupe en mi estadía, que en su casa era bienvenido, quedamos estar en comunicación.
Los primeros meses de 2019 me llamó por teléfono indicándome que se encontraba en Trujillo, que había viajado para celebrar los 50 años de su hermana, se encontraba en la casa de su padre, lo ofrecí viajar para visitarlo, llevándolo el libro que me había solicitado. Viajé el día indicado, nos encontramos nos saludamos efusivamente, me hizo pasar, lo encontré viendo futbol del campeonato italiano en televisión, donde me dijo que era hincha del AC Milán. Lo entregué el libro solicitado y otro libro que publiqué de anécdotas del colegio, lo hojeó rápidamente, esta interesante expresó. Me indicó que su poemario titulado DINTEL que había presentado en Madrid, no lo tenía en físico, me ofreció enviarme en forma digital, lo hizo llegar posteriormente. Es un poemario que comprende 141 poemas, cuyos títulos están asignados con números romanos, los poemas están en español y traducidos en italiano de 293 páginas. Conversamos una hora aproximadamente, me hizo evocación porque se vino a terminar secundaria a Trujillo, su viaje a Italia y sus quehaceres de rutina en dicho país europeo, lo hice recordar de sus amores de colegial, nos reímos de algunas anécdotas de esas épocas con los compañeros y profesores, pasamos gratos momentos, lo di algunos teléfonos de algunos amigos y me dijo que lo iba a llamar para visitarlo mientras su permanencia en Perú. Antes de despedirme, nos tomamos unas fotos para el recuerdo de ese grato momento, el fotógrafo fue su hermano César, luego de ello, nos despedimos efusivamente, siendo el último adiós.
De Italia me llamaba repentinamente en tiempos de pandemia y post pandemia contándome sobre sus escritos poéticos y recordando a nuestros amigos y nuestra tierra, también hablábamos de política nacional e internacional, coincidíamos en ideales por el cambio revolucionario y estructural de nuestro país.
Antes de enterarme de la noticia, narraré un
acontecimiento personal, sobre la pesadilla que tienen que ver con la muerte. A
la una de madrugada del día viernes, en Italia seria las siete de la mañana, me
dio la pesadilla (sueño que uno no puede moverse o gritar, en ese momento, no es capaz ni de gritar para pedir auxilio ni de moverse para escapar), en
Santiago de Chuco, se interpreta dicho acontecimiento que sucede es porque va a
morir un familiar o amistad. En mi caso particular eso es lo que me sucede, cuando
me da la pesadilla es sinónimo que algún familiar o amigo va a morir.
El día viernes 10 de noviembre al cumplir mi rutina de trabajo docente, me sorprendió la noticia al enterarme de la muerte de Kike, me quedé consternado, lamentaba su pronta partida con mucha tristeza, relacioné en ese instante la pesadilla que horas antes me había sucedido.
Su repentina ausencia de mi amigo, lo lamento, era un compañero comprometido con la cultura y los ideales progresistas. Lo extrañaré a mi promoción Keyoshene, jamás olvidaré el gran ser humano que fue. Su legado de su poesía irá creciendo con el pasar del tiempo y se inmortalizará para recordarlo.
Descansa en paz hermano, por el momento nos llevas la delantera.
Algunos versos de su poemario Dintel.
LXIV
Las palabras mienten
señores; bebe la vida esta copa amarga,
el momento de dulces
satisfacciones deja un vacío,
huérfano, carente de vagas
emociones.
¡Basta ya!, me digo ¡Está
bien!, dicen ustedes.
Mientras, libando saturada
el alma enardecida, con bióticas pirigallas,
entre carcajadas, tropiezos
y jocosas falsadas, junto a nosotros
llega una luna enamorada,
extraña, de amanecida.
Allí vamos señores.
¡Brindo por la mujer
compañera de mis dolores,
por el semen de mis amores,
por aquella flor sacrificada!
¡Brindo por nuestra amistad,
por el momento sufrido
en aquel tiempo sangriento!
Yo brindo por la desesperada
agonía que murió aquel día
cuando tú estuviste
presente, ¡mi hermano!
¡Brindo entonces ya,
por SANTIAGO!
¡Que este vacío inerte que
nos une siempre para darle vida,
nos tenga también juntos en
cada triunfo, en cada caída!
Porque es cada día un
letargo bullicioso, cada segundo una guadaña,
nunca jamás mata, pero es
artero y engaña,
se deja palpar dividido, un
tanto desesperado,
cuando ya se ha ido, para
volver cambiado.
Para matar una ambición o al
embrión de sus azares.
¡SALUD, por SANTIAGO, mi
hermano CHUKO!
CXXII
Amando vivo los amores de
Santiago.
Añoro
las contradanzas, los
pallos, las quiyayas.
Del San Cristóbal a
Chaychugo resplandece,
en cada pampa, soleando
majestuosa libertad,
ventilando aún más alto del
sabor andino…
una verdadera necesidad.
Y si una prosa es orgullosa
como un caldo mal digerido,
será entonces cualquier
cosa, menos lo vivido.
¡Oh! Santiago.
Si tener que hacer mucho,
pensando en no hacer nada,
nos hace estar tranquilos,
como nunca,
me retuerce todas estas
tripas
en las húmedas vísceras de
tus lomas.
Pero estoy seguro que añorar
nuestros viejos tiempos
no sirva de nada, porque
los vientos puros de
genuinas cochinillas,
mancharán siempre de pureza
andina tu orgullo serrano.
CXXIII
Mañana me iré para volver de
nuevo
trayendo un canto diverso,
de materna ubre,
a cantaros lágrimas de
buenmozo
un himno será que ahora
elevo.
Me llevo en las pirigallas
el sabor más puro de fiesta,
bailando con tus pallos
haré del trajín una siesta.
No me olvido de Chaychugo
del Quishpe Cóndor, hoy
ausente,
ni del olor al cual madrugo
a cucharear muy
afanosamente.
Me iré cargando mil
recuerdos
por las cuestas de Huayatán,
a mis espaldas mil estruendos
repicarán
con el grito del batán que
llora del ajo su rocoto.
Yo me voy, a regresar
mañana,
mis pasos quedan sin olvido,
aunque en el tiempo aflore
cada cana
mi álgido ser retoñará
lívido.
Contigo aprendí a ser
hombre, tu seno guarda mi cobardía.
Volveré a compartir,
contigo,
todo lo que hizo faltar esta
agonía.
Lima, 11 de noviembre del 2023
(*)
Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación,
investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades,
directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
Textos
que pueden ser reproducidos
citando
autor y fuente
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DE INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS Y HUMANIDADES
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