EL CATIPAR EN SANTIAGO DE CHUCO
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Catipar es una costumbre de algunos campesinos de Santiago de Chuco, por lo que el catipador suele adivinar acontecimientos futuros que se propone averiguar.
Se catipa con las hojas de coca al coquear o bolear masticándolo y cuando naturalmente el acto elimina las nervaduras de la hoja, ya de punta o al revés si salen de punta, va bien, si salen al revés o tronco, va mal, de costilla, hay duda. Además, cuando la coqueada endulza, todo va bien, pero cuando amarga, todo sale mal.
Hay catipadores con la coca que narran los sucesos al detalle.
CATIPAR CON LOS CIGARROS
Se catipa cuando se fuma el cigarro, cuando la envoltura quema y florece como pétalos blancos va muy bien y si se doblan hacia arriba mejor, pero el cigarro no debe darse vueltas, debe sujetarse en la posición que se prendió; al contrario, si ennegrece todo lo quemado y se dobla hacia abajo, todo va mal.
Si al pitar, absorber el humo, corre la quemadura como un hilo hacia la boca, indica camino, si es largo, el viaje es largo, si es pequeño, el viaje es corto; si marca un huequito, es sepultura, mal fin de lo que persigue, si salta una chispa, indica que se va a recibir una noticia, desde luego, sin soplar, si de la envoltura se desprende un pedacito y vuela al pecho, es para recibir carta; si al fumar el cigarro hace ruidos secos, es porque están hablando mal de uno o involucrándolo en chismes.
Los expertos catipadores suelen descubrir datos precisos de lo que se trata de averiguar. Todo lo mencionado son hechos evidenciados y ciertos que mantienen la costumbre y credibilidad entre los crédulos por las coincidencias producidas.
Incluso en el amor, muchas personas recurrían para ver si eran correspondidos en el amor, por los pretendientes o pretendientas.
Mi padre, me comentaba del famoso catipador don TIMOTEO VALDERRAMA.
Don Timoteo era un campesino que vivía en el caserío de Conra, a pocos minutos del pueblo, se dedicaba a la agricultura y a tejer, era bien solicitado por las personas de cualquier lugar de Santiago de Chuco porque era un gran catipador, la gente recurría para solicitar sus servicios para que lo catipe por la pérdida y el robo de sus animales, dinero o cosas.
El catipador conrrino lo catipaba y acertaba muy bien, que la persona que lo solicitaba recuperaba sus animales, dinero o cosas perdidas o robados, aunque sea una parte, por eso, la gente tenía fe en este curioso en el arte de catipar.
También mi padre me mencionaba a otros, que no los recuerdo, espero poder recoger y tenerlo sus nombres y apellidos.
(Foto del Autor)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
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