LA PEÑA CABEZA DE OSO EN SANTIAGO DE CHUCO
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Los antiguos pobladores Chucos vivían intrigados por un oso grande de 1.80 metros de alto, de más de cien kilos, con cinco dedos en las patas y garras largas, era un animal pernicioso, siempre les así daño, comiéndolo sus siembras, así mismo sus animales, salía en la noche para realizar perjuicios, porque en el día dormía, algunas personas los habían aguaitado, pero no podían hacer nada porque tenían miedo que los ataque, por lo grande que era.
De tanto detrimento que realizaba en la noche, la comunidad estaba cansado de los daños que los ocasionaba, se han organizado varias personas de diversos sectores para matarlo, su guarida era en las cuevas cerca al río Patarata. Los pobladores se abastecieron de armas rudimentarias existentes como hondas, flechas, lanzas y decidieron ir al mediodía en su búsqueda, porque podían encontrarlo durmiendo, cansado de haber caminado haciendo menoscabo en la noche. Al llegar las diversas comitivas organizadas por el lugar, aguaitan con mucha desconfianza, uno de las personas logra ubicarlo de lejos, durmiendo plácidamente, comunica a los demás, logran ubicarse cerca de su guarida donde se rodeando y otros al extremo del río, se dieron valor, pero el oso de lo dormido olfateo carne humana y se despertó, salió de su cueva y se paró a retarlos, en esos instantes todos comenzaron a disparar sus hondas y arcos, el oso los ampara las piedras, lanzas, flechas algunas rebotaban de sus manos, otras los desviaban, era una lucha intensa, que los personas estaban desanimándose seguir en el deseo, porque se encontraban sin piedras, sin lanzas y sin flechas, la noche se avecinaba. Uno de ellos era un experto cazador que manejaba uno de los arcos y tenía una sola flecha, en esos momentos miró al cielo y pidió al dios Catequil que lo ayudé, en su nombre lo dispara, dicha petición se dispensó y la flecha fue dirigida directamente al corazón del oso, la que logró penetrarlo mortalmente a la bestia salvaje, la comitiva que se encontraba desalentada, vieron al oso que cayó en el lugar, todos gritaron de júbilo, la noche los era difícil poder ir a verlo, tomaron la decisión de regresar al siguiente día. Al regresar temprano la comitiva con sus mujeres e hijos para que lo ayuden con sogas de cabuya y utensilios para poder pelar, cortar y llevar su carne gorda, la piel o cuero como símbolo de valentía, no lo encontraron al oso muerto, lo único que encontraron que en la peña el oso se había petrificado, mostrando solo su cabeza, quedando todos asombrados.
Desde esa
época han pasado muchos años, hasta ahora existe la enorme piedra que se le
denomina la peña cabeza de oso, que se ubica en el río Patarata cerca al puente
de piedra en el trayecto a la Pamplona, se nota los ojos hundidos y una
sobresaliente nariz.
Santiago
de Chuco, mayo del 2018
(Foto:
Internet)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado,
licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en
Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra,
docente universitario.
Textos que pueden ser reproducidos
citando autor y fuente
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