EL CERRO HUACAPONGO EN SANTIAGO DE CHUCO

Dr. Javier Delgado Benites (*)

 

El término Huacapongo deriva de dos voces quechuas:

Huaca que significa sagrado y pongo significa indio o cholo (último vocablo usado con frecuencia en Santiago de Chuco).

Huacapongo cuya traducción al español es indio o cholo sagrado.

Huacapongo es un lugar bucólico, nativo y colorido, donde se impone el cerro del mismo nombre que es uno de los centinelas del pueblo, al pie de sus faldas se encuentra una cueva natural del mismo nombre, cerca de ahí, se halla impregnado en una laja el casco del caballo del Apóstol Santiago, que cuenta la leyenda que por ahí pasó el Apóstol con destino al pueblo para entronizarse y convertirse en el patrón del pueblo.

Al costado de sus faldas del cerro hay un camino zig-zags angosto, pedregoso, cercado de pencas y de rocas, antiguamente se usaba para ir a la campiña de Cunguay y otros caseríos, actualmente es muy poco usado, porque emplean la carretera que lo han hecho al pie de las faldas del cerro.

El cerro Huacapongo es un lugar histórico y espiritual, su ubicación ofrece una vista panorámica del pueblo y su respectivo esplendor de sus periferias. En los linderos del cerro se puede apreciar vestigios de construcciones de los nativos Chucos que perduran gracias a la protección de la flora, que añade un punto más para el análisis del real significado y valor del cerro.

Fue un lugar sagrado por los naturales Chucos y luego bajo el dominio Inca se seguía adorando al rayo, al trueno, la lluvia, el sol, la luna y las estrellas. Fue considerado hierático por muchos siglos.


El cerro Huacapongo es un Apu (vocablo quechua que significa señorío). Se trata de una significación ancestral que imputa a ciertos espacios geográficos una suerte de cualidades vivientes e influencia directa en los ciclos vitales de la zona que dominan.

Los Chucos eran una población considerablemente espiritual, hallando vida en muchos elementos de la naturaleza.

Los espíritus de los cerros en Santiago de Chuco no desaparecieron tras el sometimiento de los nativos Chucos al Imperio Inca y luego tras la caída de ello. De hecho, están muy presentes en el folclore local y nacional moderno.

Muchas generaciones, nacidos y criados en comunidades rurales, continúan las creencias tradicionales que se combina a menudo con aspectos de la fe cristiana, especialmente la católica, traídas con la conquista de los españoles.

Actualmente el cerro Huacapongo es un mirador natural ancestral, donde se aguaita al frente en toda su ostentación al pueblo de Santiago de Chuco y se goza de sus construcciones de adobe y tapiales, sus techos rojizos de tejas de dos aguas, sus curaguas, sus huertas y jardines.  Se aprecia la plaza de armas, con su municipalidad, la iglesia y el cementerio. Sus faldas existen terrenos agrícolas y al pie de ellas de igual manera, que limitan con el río Patarata, donde el lugareño vive y siembra sus productos agrícolas, cría sus animales domésticos, que le dan vida a la campiña colorida.

 

(Al recordar a mi tío Estuardo Delgado Benites “El Flaco Delgado”, que hoy día 05 de junio cumplía años)

  

(Fotos del autor)

  

(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.

 

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