LA CUEVA DE HUACAPONGO EN SANTIAGO DE CHUCO
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Huacapongo es un lugar campestre, donde se impone un cerro que luce impresionante al frente del pueblo, su nombre deriva de huaca que es un lugar sagrado o religioso de los antiguos Chucos y pongo es la persona que hace los oficios o mandados de criado.
Al pie de las faldas del cerro se encuentra la cueva de Huacapongo que era un lugar sagrado, donde los antiguos pobladores enterraron en su interior, a sus descendientes.
En el serpenteante camino angosto pedregoso, presenta
rasgos persistentes de muchas jornadas de anónimos caminantes, se encuentra una
laja que esta frente de dicha cueva, en ella está impregnada la huella del casco
del caballo blanco del Apóstol Santiago, cuando vino para fundar el pueblo de
Santiago de Chuco.
La cueva de Huacapongo hay una narración que los
antiguos familiares y pobladores contaban:
Un poblador se venía en la tarde cabalgado en
su caballo luego de visitar sus fundos de Cunguay con destino al pueblo, la
nieve se asentaba al río Patarata, el silencio y el frio reinaba esos instantes,
al aproximarse a la cueva, escucha el llanto de un niño que lloraba desesperadamente, el hombre
divisa en la cueva en su interior a un niño calato (desnudo), en ese instante
el hombre se baja y se dirige a la cueva, encuentra al niño llorando, el hombre
se conduele del niño, expresa así mismo:
-
Que mujer tan despiada, de dejar a su niño
calato estas horas en pleno frio de invierno. ¡Pobre criatura!
Lo coge y lo envuelve con su poncho, en esas horas se tranquilizó, sube al caballo que se encontraba brioso, se dirige con el niño entre sus brazos con destino al pueblo, el mutismo presidía ese instante, al llegar al puente de piedra, el hombre aguaita al niño que llevaba envuelto en su poncho, pensaba que estaba dormido, se da con la sorpresa que el niño tenía unos afilados dientes, unas largas orejas y olía a azufre, en esos momentos arroja desesperado con todo el poncho al niño al río y prosigue espantado su camino al pueblo, apresurando a correr a su caballo. Al llegar a su casa asustado, cuenta lo ocurrido a sus familiares, quienes al enterarse lo acaecido, recurren y traen a un curioso del pueblo para remediar del susto al hombre.
(Fotos del autor)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado,
licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en
Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra,
docente universitario.
Textos que pueden ser reproducidos
citando autor y fuente
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