LUGARES DE SANTIAGO DE CHUCO QUE SE ALUDE EN LA NOVELA TUNGSTENO
(Al conmemorar 128 años del nacimiento de C.V. en Santiago de Chuco)
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Tungsteno es una novela corta y significativa de la
narrativa en el Perú, cuyo origen es social, que relata la bonanza económica de
la región del Colca, siendo el lugar específico Quivilca, que en realidad se
refiere a Quiruvilca, donde se extraían minerales bastante cotizados en Europa.
Quiruvilca fue un asentamiento minero donde tuvo la ocasión de trabajar el
autor y conocer la problemática que sufría el trabajador minero.
La novela se publicó por primera vez en Madrid en 1931 por la
Editorial Cenit, en la colección La novela proletaria. Posteriormente fue
reeditada y publicada bajo el título de Tungsteno en Lima en 1957 por la
Editorial Mejía Baca.
Vallejo relata la llegada y posicionamiento de una empresa minera
transnacional extranjera en la sierra del Perú, mostrando las tensiones entre
dos modos de vida en conflicto: el andino y el extranjero o moderno. Compara
este ambiente, definido por la avidez, al de los indios soras, estos indígenas
representan la ingenuidad, la generosidad, la unión, el trabajo no suponía una
carga pesada, ni una ocasión para que el hombre explote al hombre, sino un
juego. Por desgracia, su buena fe no tarda en verse asombrada por unos blancos
que les desestiman por rudos, como si las contradicciones entre unos y otros
respondieran a la naturaleza y no a la distinta aculturación, dichas personas
simbolizan la deshumanización de todo un sistema, el capitalismo, por esencia
sinónimo de injusticia.
El contexto se enreda cuando dos indios Isidro Yépez y Braulio
Conchudos son capturados para hacer el servicio militar. Servir a la patria les
supone dejar sus familias para ir no se sabe adónde, ni con qué finalidad.
Tungsteno expresa así la oposición indígena a las levas,
manifestada a través de variados actos de resistencia. Para evitar ser levados,
algunos huían de sus hogares para vivir en los cerros, hondonadas de los ríos.
Otros se escondían en cuevas en diversos lugares alejados. Los yanaconas que
estaban al servicio de los que ejercían el poder económico vivían fuera del
Estado, sin saber nada de patria ni de gobierno.
La conscripción fue la chispa que desate el motín, tanto tiempo
urdido. Las personas del pueblo, hartas de abusos, se echan a la calle. Para
detenerlas, el poder recurre al procedimiento acostumbrado, la fuerza. Se
desencadena entonces la tragedia, con un desprendimiento de muertos y
prisioneros. A los últimos, el destino que les espera es trabajar como forzados
en las minas.
En la novela el escritor denuncia con sensatez al imperialismo
norteamericano. Pero ataca, sobre todo, contra la humillación de la burguesía
nacional que se somete, con increíble servilismo, a los dictados de una
potencia extranjera.
La novela revela el pensamiento ideológico de ese tiempo, donde la
molestia de los explotados puede ser agrupada con miras a una revolución real.
Al haber cumplido el año pasado el centenario de su publicación,
la novela tiene mucha actualidad. Si a principios del siglo XX las brechas
sociales y raciales eran más que evidentes, la manera en que hoy se manifiestan
las diferencias de clase son similares y más sutiles. Sin embargo, esto no
implica ceder en el proyecto de hacer un cambio revolucionario de la sociedad
con justicia social que sigue pendiente.
César Vallejo en su novela social Tungsteno toma en cuenta a
lugares o sitios muy conocidos de su natal Santiago de Chuco, estos lugares son
transitados o visitados porque son parte del paisaje natural del pueblo y están
ubicados a su alrededor, algunos con sus nombres originales que hasta la fecha
existen y otros con nombres que difieren en algunas silabas.
LUGARES CON NOMBRES ORIGINALES QUE EXISTEN:
SAL SI PUEDES, es una cuesta muy empinada cuyo camino de herradura se inicia
desde el río Huaychaca con dirección a Santiago de Chuco, subirlo cuesta arriba
es un suplicio, se demora tiempo y se sube haciendo varios descansos.
“Sesgó a la derecha a paso y tranquilo, y se alejó, perdiéndose ladera abajo, por “Sal si puedes”. Sus pisadas se apagaron de golpe a la distancia”.
CHOCADA, es un lugar campestre bucólico donde existen chacras de cultivo, se encuentra cerca al caserío de Conra.
CONRA, caserío que viene hacer el mirador natural porque de ahí se aprecia a Santiago de Chuco en todo su esplendor, así mismo sus distritos aledaños y pueblos que lo rodean.
CUNGUAY, caserío pintoresco que queda a poca distancia del pueblo, la
mayor parte de pobladores se dedican a la agricultura, es muy conocido porque
se realiza la velación al Apóstol Santiago el día 22 de julio antes del día de
la bajada en el pueblo.
“- Al Cruz, al Pio, al viejo Grados y al cholo Laurencio, se les puede ir a ver mañana juntos. De Chocada se puede pasar a Conra y después a Cunguay, de un solo tiro…”.
GUACAPONGO. – Un lugar campestre, muy colorido, donde se impone el cerro del mismo nombre que es uno de los guardianes del pueblo y debajo de sus faldas hay una cueva, cerca de ahí se encuentra impregnado en la laja el casco del caballo del Apóstol Santiago. Al costado del cerro hay un camino zig-zags angosto, pedregoso, cercado de pencas y de rocas, se usa para ir a Cunguay y otros caseríos, ahora es muy poco usado, por que usan la carretera que lo han hecho al pie de las faldas del cerro.
“Ambos eran yanaconas de Guacapongo. Ahora era la primera
vez que venían a Colca”.
“Guacapongo estaba lejos del Colca. Los gendarmes para
poder llegar a Colca a las once del día, tuvieron que andar rápido, y, con
frecuencia, al trote”.
“El camino, desde Guacapongo hasta el Colca, cambiaba a
menudo de terreno, de anchura y de curso…”.
“- Y bien señores. Como ustedes ven, la fuerza acaba de traer a dos “enrolados” de Guacapongo”.
LUGARES CON NOMBRES QUE DIFIEREN UNAS SILABAS
QUE EXISTEN:
Río Patarati, que se refiere al río Patarata. Río que nace de la
confluencia de los ríos Santa Mónica y el Quenrre, no es muy caudaloso.
Río Huayal, que se refiere al río Huayachaca. Río un poco
caudaloso que tiene sus nacientes en las abras de Cerro Negro (río Llaray) y
Tres Ríos (río Porcón).
“Dos ríos el Patarati y el Huayal, atravesaron sin
puente. La primera venia parca en aguas, pero las de Huayal arrastraban todo el
año, en esa parte, un volumen encajonado y siempre difícil y arriesgado de
pasar”.
(Fotos de Internet)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, licenciado en
educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y
Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente
universitario.
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