MI MADRE SINTIÓ PROFUNDAMENTE LA MUERTE DE FAMILIARES QUERIDOS
(Al evocar los diez meses de su sentida ausencia)
Dr. Javier Delgado Benites (*)
He visto cómo sus ojos se llenaban de lágrimas al recordar voces que ya no se escuchaban, abrazos que ya no se sentían y presencias que se habían convertido en silencio. La muerte de seres queridos lo dejó un vacío imposible de llenar, un hueco que solo el tiempo y el amor pudieron suavizar, pero nunca borrar.
A pesar del dolor, ella nos enseñó cada día que recordar es una forma de mantener vivos a quienes se fueron de nuestro entorno familiar. Ella cargaba con la pena, pero también con la esperanza de que algún día, en algún lugar, volverá a encontrarse con ellos.
Mi madre sufrió profundamente la pérdida de varios familiares queridos de nuestro hogar que partieron cuando aún eran jóvenes. Cada muerte fue un golpe inesperado que dejó en su corazón un vacío difícil de llenar. La tristeza se reflejaba en su mirada, en sus silencios y en los recuerdos que compartía con nostalgia. Esas pérdidas la marcaron para siempre, haciéndole valorar más el tiempo con quienes amaba y enseñándole la fragilidad de la vida.
Mi extinta madre sintió en el alma la muerte de sus familiares, como sus padres, sus hermanos. Quiero mencionar a familiares queridos que formaron parte del entorno del hogar:
EN PRIMER LUGAR, sintió la muerte de su nieto Orlando Francisco Delgado Chacón, conocido en el ambiente familiar como Paco, fue un nieto que se había criado, desde niño fue muy unido a ella, cuando era adolescente siempre lo visitaba y le daba cariño. Su deceso joven fue un dolor inmenso que sufrió mi madre, que jamás lo pudo olvidar, siempre cuando se acordaba de Paco, lloraba con un sentimiento.
EN SEGUNDO LUGAR, sintió la muerte de su cuñado Estuardo Delgado Benites, fue para ella como un hijo, porque cuando contrajo matrimonio con mi padre su cuñado tenía cuatro años, creció muy cerca de ella, cuando nació mi hermano Orlando, caminaban los dos como hermanos, porque mi tío era mayor de cuatro años de mi hermano mayor. En nuestra casa compartía a diario los alimentos, mi padre no comía sino estaba presente su hermano menor hasta cuando mis padres dejaron Santiago de Chuco en 2012.
EN TERCER LUGAR, sintió la muerte de mi padre, su compañero de vida, durante 66 años de casado, con la que formó su hogar sólido y unido, pasaron momentos gratos con sus siete hijos. Mi madre, un poco se resignó porque lo acompañó sus últimas etapas de vida de mi padre, su tratamiento de diálisis renal que lo hicieron durante cinco años, su deceso en el 2017, le causo una honda tristeza.
EN CUARTO LUGAR, sintió muchísimo por la muerte de mi hermana Elizabeth Delgado Benites, este deceso de mi hermana, cuando falleció, no sabíamos cómo decirlo, porque era una etapa difícil y a su edad en momentos del Covid, al fin mis hermanas tuvieron que decirlo, que costó mucho dolor en su alma, porque mi hermana el día que falleció, ese día a las once de la mañana había conversado por teléfono con mi madre, donde ella lo notó que estaba un poco mal, al despedirse lo recomendó que tomé su medicina, y mi hermana le dijo que iba tomar, ni dos horas que habían conversado mi hermana falleció en el 2020.
A pesar del dolor que causaron en mi madre, la muerte de sus familiares del entorno del hogar, ella encontró fuerzas para seguir adelante y ser un pilar para nuestro hogar. Su sufrimiento la volvió más sensible y compasiva, siempre dispuesta a consolar a quienes pasan por situaciones similares. Hablar de sus seres queridos se convirtió en una forma de mantenerlos vivos en la memoria, honrando su existencia y transmitiendo sus enseñanzas a las nuevas generaciones. Aunque la vida los arrebató a quienes amó, jamás pudo arrebatarlo los recuerdos y el cariño que dejaron en ella.
Con este escrito es un abrazo a mi madre en el cielo, un reconocimiento a la fortaleza con la que enfrentó la ausencia que dejó su corazón herido y un testimonio de amor que nunca murió. Ahora con aquellos familiares queridos que los dejó un dolor eterno, estarán juntos en el cielo y guiando nuestros pasos en la tierra.
(Fotos del Autor)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
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