UN ADIÓS SENTIDO AL COLEGA ALEXANDER ROMERO MORENO
Dr. Javier Delgado Benites (*)
El día martes 20 de setiembre en la mañana a primeras horas nos enteramos de la partida de nuestro colega docente y amigo Alexander Romero, lo cual, sentimos un profundo dolor, quien partió dejando un vacío difícil de llenar en su familia, en nuestra institución y en nuestros corazones.
Alexander Romero Moreno, nació en el Callao el 14 de junio de 1972, Lima, desde niño lo trajeron sus padres a vivir al puerto pesquero de Chimbote, donde reinaba la bonanza industrial de la pesca y el acero, aquí creció su niñez, su adolescencia, su juventud, aquí se forjó como profesional en el IST Carlos Salazar Romero, donde estudió la carrera de Electrónica, posteriormente estudió Ingeniería de Sistemas en la Universidad San Pedro, inició a laborar en diversos colegios locales, luego en el Instituto Superior Pedagógico de Chimbote, en las Universidades San Pedro, Los Ángeles de Chimbote y en su Alma Mater el Instituto Superior Carlos Salazar Romero, donde este año había sido nombrado junto con varios colegas, logrando una estabilidad laboral en el trabajo docente.
Su paso por la docencia fue mucho más que impartir conocimientos: fue sembrar valores, inspirar sueños y acompañar con paciencia a cada uno de sus estudiantes. Supo enseñar con el ejemplo, con sencillez y con una entrega que trascendía las aulas, convirtiéndose en guía, facilitador, consejero y amigo.
Con Alexander siempre nos unía una amistad de respeto y consideración, por las causas justas, cuando había la oportunidad de compartir un ceviche, un sudado nos íbamos en su carro. Evoco que íbamos a diferentes lugares, donde él conocía y se consumía muy agradable, la última vez que fuimos fue a una cevichería del 21 de abril en Chimbote, donde me llevó al lugar donde había sido su barrio de su niñez, donde lo traía muchos recuerdos, compartíamos el ceviche y recordaba sus vivencias y me decía:
Este es mi barrio, aquí he jugado en mi niñez, este lugar me trae mucha nostalgia.
Siempre cuando terminábamos de compartir me expresaba:
¿Qué tal ha estado Javicho?
Ha estado bien Alexinho -respondía.
Yo te traigo para que conozcas buenos huariques, donde se come rico.
Los recuerdos son muchos con nuestro estimado Alexinho, pero quiero evocar este último recuerdo que compartimos, justamente un día martes 16 de setiembre hace dos semanas, dos días antes para que sea internado, que para mí fue sorpresa porque siempre se observa bien. Recuerdo que a las 10.30 a.m. pasaba por el laboratorio en donde enseñaba y lo vi solo, entré, él estaba analizando la norma 085 para el concurso de gestores, donde me leía algunos acápites para interpretarlo como entendido de leyes, aunque él también conocía y lo dilucidaba a su manera, que a veces se coincidía. Estuvimos como una hora y más conversando y leyendo dicha normativa, terminamos de examinar, me despedí y le manifesté:
- Ha sido un momento fructífero Alexinho.
- Si Javicho, contigo coincidimos mucho, por eso, hay un respeto a tu persona.
- Gracias Alexinho, cualquier rato coordinamos.
Lo di la mano y me despedí, el día miércoles no pudimos vernos en el centro de trabajo, el día jueves a primeras horas me enteré, que había sido hospitalizado de emergencia, me fue una sorpresa, desde ese día estaba pendiente de la información de su salud que me brindaban amigos, colegas que iban a visitarlo, pero su salud cada día se fue complicando.
A nuestro colega le gustaba la música, le fascinaba cantar, conocía mucho de música, tenía en su disco duro de su computadora buena música de todo género, sobre todo, música romántica que le gozaba. En cada actuación o evento que realizaba la institución, siempre estaba presente para cantar y hacer recordar esos buenos tiempos pasados. Lo vamos extrañar, su voz melodiosa se apagó, nadie podrá reemplazar ese vació que ha dejado.
Quienes tuvimos la dispensa de compartir el trabajo con él, recordaremos siempre su compromiso, su vocación inquebrantable y su calidez humana. Su legado vive y vivirá en las generaciones de estudiantes que formó y en nosotros, sus colegas, que apreciamos su profesionalismo y de su calidad de persona.
Hoy damos el adiós sentido a nuestro colega, pero también elogiamos la huella imborrable que deja entre nosotros.
Descansa en paz, estimado colega Alexander, tu luz seguirá reluciendo nuestra institución, así como en el camino de lucha y compromiso social.
¡Cuando un maestro de Instituto Salazar Romero muere! ¡Nunca muere!
Gloria eterna…
(Palabras de despedida al colega en local de trabajo)
Nuevo Chimbote, 01 de octubre del 2025
(Fotos de autor)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
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