EL DÍA DE LOS INOCENTES EN SANTIAGO DE CHUCO
![]() |
Dr. Javier Delgado Benites (*)
El día 28 de diciembre se celebra el Día de los Inocentes. Su origen se remonta a un hecho trágico de la tradición cristiana. Mis padres nos contaban en nuestra niñez, a mis hermanos y a mí, y nos narraban:
Escuchábamos con mucha atención lo relatado; yo sentía una profunda pena por los niños que murieron.
Pero también mis padres nos advertían que debíamos tener mucho cuidado y estar siempre alertas para no caer en las bromas de los amigos o familiares que nos querían hacer “inocentes”.
El Día de los Inocentes se iniciaba al mediodía del 28 de diciembre y terminaba al mediodía del 29 de diciembre. Con el tiempo, este día se convirtió en una costumbre de hacer bromas cuyo fin era engañar a las personas, amigos o familiares, y luego hacerles notar que habían caído por inocentes.
En Santiago de Chuco, las amistades o familiares también hacían bromas o decían mentiras, como dar alguna noticia falsa o pedir dinero u otra cosa prestada. Muchas veces uno prestaba con toda voluntad, para luego escuchar frases como:
¡Caíste por inocente! o ¡Inocente!
Todo iba acompañado de risas, y a veces se quedaban con las cosas prestadas, al menos por un rato.
Los niños de mi barrio, de la mancha de La Parva de la Virgen, ese día nos prestábamos para hacernos bromas y mentiras. Quiero evocar algunas de las que hacíamos.
Chino Roger, un favor, préstame tu trompo o tu boliche —le decíamos.
Él nos lo prestaba.
¡Inocente! Jajaja —nos reíamos.
Asustado, nos pedía.
No, hoy día es el Día de los Inocentes.
El Chino se quedaba triste, pensando que no se lo íbamos a devolver, pero más tarde se lo entregábamos.
Íbamos donde otro amigo.
Shongo, un favor, préstanos un sol para ir a comprar caramelos y te invitamos.
Sacaba el sol de su bolsillo y nos lo daba.
¡Inocente! —le decíamos, y se quedaba asustado.
Nos íbamos y comprábamos caramelos en la tienda, o en algunos casos devolvíamos el dinero, pero más tarde.
Llegaba otro amigo para jugar.
Lamparín, hemos visto a tu hembrita con un patita por la Piedra Bruja.
Se quedaba asustado y luego preguntaba:
¿Cómo es el patita?
Es un flaco, está con una casaca azul.
Lamparín se ponía triste, casi queriendo llorar, y en ese momento nos ganaba la risa.
¡Inocente!
Me han hecho creer.
Jajaja…
Así, estos y otros acontecimientos que evoco quedaron marcados en nuestra memoria de niñez y adolescencia, que pasamos en Santiago de Chuco, haciéndonos bromas.
El Día de los Inocentes en Santiago de Chuco no solo fue broma y risa, fue una tradición que unió amistades y marcó nuestra niñez y adolescencia.
Hoy, al recordarlo, revive la alegría sencilla de aquellos días que nunca volverán, pero que siempre vivirán en el corazón.
Culminando con esta frase:
¡Inocente que te dejas engañar, sabiendo que en este día nada debes prestar!
Santiago de Chuco, 28 de diciembre del 2011
(Fotos del Internet)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
Textos que pueden ser reproducidos
citando autor y fuente
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS Y HUMANIDADES
Celular: 943467062
E-mail: i2cyh@outlook.es
Lima – Chimbote – Trujillo



Comentarios
Publicar un comentario