LAS VACACIONES SON EXCELENTES EN MI TIERRA NATAL
Dr. Javier Delgado Benites (*)
Después del trabajo que realizo durante el periodo académico de un año, en el lugar donde radico, lejos de mi tierra natal, al decidir ir a pasar mis vacaciones, la primera respuesta es pasarlo en mi tierra natal Santiago de Chuco.
Mi decisión de ir a mi tierra, es porque en dicho lugar que es mi cuna nativa encuentro paz, encuentro tranquilidad, me encuentro con mis pasos, mis huellas profundas que han marcado mi vida, me lleno de recuerdos vividos con mis padres, hermanos, vecinos, amigos y familiares, lejos del bullicioso de la ciudad costeña, respiro aire puro, olfateo aroma a eucalipto, limoncillo, menta, hierbabuena, panizara, pero también encuentro nostalgia, encuentro melancolía, encuentro tristeza, por no encontrar a mis padres, vecinos, amigos y las cosas que marcaron esos pasados años, porque han sido destruidos o cambiados.
Cuando llego a mi tierra y a mi casa, no me da ganas de salir a la calle uno o dos días, al día siguiente salgo para interactuar con la gente que conozco o salgo para comprar alguna cosa.
Estar en mi casa, es complacerme con ver la estructura de mi casa, disfruto y recorro sus ambientes, me place el fogón, el horno de barro, ver las plantas que adornan el jardín, las curaguas, ver los balcones, puertas y escalones de madera, de igual manera ver los techos de teja de dos aguas, ver todo lo que me hizo feliz en mi niñez y adolescencia.
En esos meses que disfruto mis vacaciones en mi lar nativo, son meses de invierno, donde el aguacero se manifiesta en el día y la noche, me gusta escuchar los truenos, ver los rayos, la neblina, la chirapa, la humedad, la aguadija en las plantas, el barro, eso es un placer. Pero hay días que no llueve, donde el sol sale con sus rayos luminosos, calienta el día y en la tarde logra ocultarse por el oeste a tras de los cerros.
Cuando salgo de mi casa, me gusta recorrer a las afueras del pueblo, me gusta recorrer los lugares donde retozado en mi niñez y adolescencia, me gusta recorrer los caminos que he transitado, ver a la gente del campo que vienen de diversos lugares de los caseríos al pueblo a comprar sus cosas o a visitar algún familiar. Me gusta ver que el agua transita por los ríos en ese tiempo de invierno, los ríos están muy fluyentes de agua, me gusta disfrutar los paisajes, oler su delicioso aroma de las flores silvestres, comer los sustanciosos frutos silvestres, sentarme en alguna peña, piedra, grama o tronco, ver a las aves que vuelan, los pájaros que cantan en algún árbol, esa sinfonía aprecio con gratitud.
Pasar vacaciones en Santiago de Chuco, eso es vida que me alienta a seguir bregando por los caminos sustanciosos con paso firme. Es un aliciente para recargarme de energías y poder resistir otro periodo académico de un año.
Las mejores vacaciones son excelentes en mi tierra natal de Santiago de Chuco, ahí encuentro pura vida.
(Fotos del álbum del autor)
(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.
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