UN GRATO ENCUENTRO CON BETO EN SANTIAGO DE CHUCO

Dr. Javier Delgado Benites (*)

 

Humberto García Placido conocido con cariño en nuestra niñez por Beto, lo conozco cuando éramos niños en el barrio del sector La Parva de la Virgen, él había nacido en Lima, pero su padre era de Santiago de Chuco, pero radicaba en Lima. Su padre venia cada año a visitar a su madre y aprovecha en algunas oportunidades de traerlo a Beto para que visite a su abuelita y a su primo Héctor (Limeño), quien vivía con ella y a la vez conozca su tierra.

Vivíamos cerca, éramos vecinos, lo recuerdo que nos observaba cuando jugábamos en la calle cerca de la casa de su abuelita, todos los amigos del barrio, a veces lo invitábamos para que participe y se una al grupo para jugar.

En dos o tres oportunidades haberlo visto a Beto cuando iba a la tierra de su padre, de ahí terminé mi secundaria, emigré a estudiar superior, no lo volví a ver más de cuarenta años, pero en algunas ocasiones coincidía con su padre en Santiago de Chuco y preguntaba por él, enviándole saludos y de igual manera, su progenitor me indicaba que también me enviaba saludos, en estos tiempos de los medios virtuales que vivimos, los escritos que publicó por Facebook, los lee y en algunas oportunidades comenta.

En la primera semana de febrero hemos coincidido en Santiago de Chuco, salía de mi casa y él también salía de su casa, en esos instantes al verlo, me vino al recuerdo lo hablé.

-        Beto.

-        Javier.

Nos acercamos a saludarnos efusivamente.

-        ¿Qué estas por acá? –lo preguntó.

-        Si -me contesta.

-        Ayer he llegado en la noche.

-        Yo estoy como quince días.

-        ¡Qué bien!

-        He vuelto para estar en mi casa, en estos días de vacaciones.

En esos instantes lo invité a mi casa para recorrer rápidamente todos sus ambientes, enseñándole algunas cosas de mi padre, estaba complacido de ver mi casa, las flores coloridas y las plantas verdes.

Luego nos hemos dirigido con dirección al centro, yo me iba almorzar y él se iba a comprar, nos despedidos, indicándole que me visité para conversar.

Al siguiente día, fui a verlo, para conversar, toqué la puerta, salió y lo llevé a mi casa, nos ubicamos en el patio, lugar aparente para apreciar las plantas de mi casa y el paisaje natural que rodea al pueblo, nos hemos puesto a conversar de muchas cosas en que estamos involucrados. Él me manifiesta mi etapa de niñez que más recuerda:

-        Yo recuerdo de ti, un día venias con tu huaraca y vistes una mariposa en una planta y dijiste: - A esa mariposa lo doy un huaracazo en la cabeza. Lo punteaste y lo disté que lo separaste la cabeza del cuerpo de la mariposa, me quedé sorprendido de la puntería (precisión) que tenías. Lo que había visto de ti, llegué a Lima y lo comenté a mis amigos de niñez, les dije, tengo un amigo en la tierra de mi padre, que tiene una buena puntería, que lo dio un huaracazo a una mariposa en la cabeza que lo separó de su cuerpo. Mis amigos, se quedaron sorprendidos.

Beto seguía relatándome.

-        Yo hacía todo lo posible de querer imitarte, pero no me salía.

Realmente dicha travesura de mi niñez no lo recordaba, gracias a Beto que me hace revivir más de cuarenta años.

Luego me seguía narrando.

-        Recordaba mucho de ti, porque parabas leyendo libros en los muros de la escuela.

Desde temprana edad, me gustó mucho leer, siempre paraba leyendo, libros, revistas o periódicos que había en la casa.

Y finalmente me dice:

-        Una vez estaba jugando en la carretera por el monumento (ahora no existe) con mis primos y tuvimos una desavenencia con uno de ellos por una palabra, me molesté y me vine molestó a la casa de mi abuelita, pero te encontré a ti, me dijiste: - ¿Beto que tienes? – te manifesté –he tenido una desavenencia con mi primo y tú me dijiste – tranquilízate, ellos son así. Donde me tranquilicé y me fui sosegado a la casa de mi abuelita.

Cosas que Beto, me revelaba de mi etapa de niñez, no lo recordaba, gracias por hacerme vivir dichas memorias, soy mayor de él de cinco o seis años.

Después de conversar unas agradables horas en mi casa, lo obsequié algunas producciones familiares que he publicado y a la vez darle unas ramas de algunas plantas aromáticas (romero y limoncillo (cedrón)) que adornan y aromatizan el ambiente de mi casa para que tomé un lonchecito con el rico pan y bizcocho chancay, durante su permanencia en Santiago de Chuco en la casa de su extinta abuelita Rosario.

Beto según me declara que es Químico Farmacéutico, pero también Licenciado en educación, que es nombrado en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe de Lima como auxiliar de educación.

Una coincidencia grata en Santiago de Chuco, que fue fruto de conocernos en nuestra niñez, gracias por recordar bonitas ocurrencias y travesuras, que me han hecho meditar mi niñez, Beto lo recuerda con mucha admiración, dicha etapa de niñez en mi santa tierra que tanto quiero y extraño cuando estoy lejos.

Ojalá podamos coincidir en otras oportunidades y talvez me podrá seguir relatando muchos episodios que se ira acordando con forme pasan los meses.

Un abrazo fraterno Beto, esperamos vernos varias veces en Santiago de Chuco o talvez en Lima, estoy seguro que así será.

 

Santiago de Chuco, 09 de febrero del 2025

  

 (Fotos del autor)

 

(*) Doctor en educación, ingeniero químico, abogado, licenciado en educación, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias y Humanidades, directivo del Movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra, docente universitario.

 

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